lunes, 25 de diciembre de 2017

JJS

Voy a tener treinta años, he perdido el tiempo, terminan algunos diciendo cosas como, si quieres morir, entonces de una vez hermano, no es justo vivir en agonía, no es justo para el resto quiero decir, es aborrecible, repugnante, como si caminaras y encontraras un hombre sin piernas ebrio y hostil, uno se escarapela, se le sube la rabia del estómago hasta la cara del hombre mutilado. Estamos vivos, toca, digo, vivir. 
Una vez vi tu cuerpo sentado en una fonda, llevabas al niño contigo, la fonda era de mala muerte por decirlo menos, lucías demacrada, o no tan bien, en opinión del observador. Enterarme de eso me cambió la vida hermana. Yo era un cuerpo sin rumbo, a la deriva, con un sin fin de excusas, hasta que supe de ese lado de la vida, de ese aspecto, no sabía quién era hasta ese momento, y tuve que erguirme y coger las astas. Arar.
Sé muchas cosas, las aprendí durante el camino, es genial, contribuye, aporta. Debo ser quien aporte, no quien reste, es una cláusula importante en este reenfoque. Tantas veces hemos fallado, pero en verdad fallamos, o solo no salió tan bien. Y entonces ves la verdad, o las verdades, y no puedes hacerte el bizco, no debes, digo, estoy hasta el copete con este asunto, debo ser productivo. Está bien, elevo mi copa y se convierta en cornucopia, bienvenida la abundancia y la satisfacción. Por ustedes, por ti, guerrera implacable, tus lecciones me quedan muy claras, la evidencia de tu firmeza, empuje, perseverancia, alegría, etc. Me toca mostrarte mi alcance... 

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Chicha para no olvidar

https://www.youtube.com/watch?v=xDXltfVkXTc
https://www.youtube.com/watch?v=baZgxvWs9iI

Un día habrá cuando ande con toda esta música por la orilla del mar, cerveza en mano y la pena aniquilada, veré de frente y sonreiré ante lo desconocido, el brillo del sol en mi cabello mojado certificará ello: caminaré feliz, como siempre.

https://www.youtube.com/watch?v=fJdr5BDaoo0
https://www.youtube.com/watch?v=qsrpKH6cOqw

La chicha es fundamental en el fermento del dolor, como el blues y el huayno puro.
https://www.youtube.com/watch?v=YqhxMMp-zTU
A la mierda, mejor véamos una película, faltan20 horas para el éxodo número 04. Nos vemos

domingo, 3 de diciembre de 2017

Club dedicado a John Malkovich

Lo conoces a través de Charly Kauffman y nunca más es el mismo, sino una especie de síntesis de lo mejor de la actuación, el hombre es magistral, maravilloso. Hoy terminamos de leer Desgracia de J.M. Coetzee, el maestro sudafricano, gracias a la genial interpretación de David que hace John. El final es la aceptación ante la serie ininterrumpida de desgracias que le suceden al personaje, el hombre deja la camioneta varada en la carretera y camina hacia la casa de la hija violada y embarazada por sus malhechores, de quienes uno ahora es vecino suyo y sufre de trastornos sexuales. David a llorado en silencio, ha golpeado el volante de su auto con furia, tratando de hallar una respuesta a toda la serie de eventos desafortunados que viene viviendo: la deshonra y criminalidad de haber amado a una mujer más joven que le costó la carrera de profesor de literatura en la universidad, la soledad del quincuagenario, soledad sórdida y brutal que le obliga a rebuscar a su hija sumida en labores agrícolas en medio del desierto, muy lejos de Ciudad del Cabo, el estupro y asalto del que son víctimas ambos, el rechazo de la sociedad a la que pretendió educar en Lord Byron y la poesía libertaria al pretender retomar su vida citadina, su incomprensión por el amor a los animales como si fueran humanos; y luego luego, la reconsideración, el volver a analizar las cosas desde otra óptica, ésa que parece rezar: tal vez todo el mundo está en lo cierto, que las cosas pasan y ya, que la ciudades te echan, que el amor se torna a veces en odio o peor, en indiferencia, pero que inclusive todo eso, termina pasando, que si se puede perdonar y retomar los lazos a otro nivel menos emocional, pues adelante. Entonces David representa esa dimensión del ser humano que le hace ceder, soltar las riendas de su actitud y dejar que el corazón piense y actúe; de ahí que retiras la rabia, escupes la indignación y liberas la venganza al cielo del olvido y haces por fin lo correcto: caminar y saludar a tu hija embarazada de un violador, y aceptar de ella un té. He ahí la genialidad de la literatura, un universo basto de humanidad, de acciones desmedidamente ilógicas pero altruistas. En resumidas cuentas estamos ante el espejo del hombre que cada vez pretendemos negar más, el hombre animal pero sagrado, incoherente pero mágico, impredecible y tierno. "Desgracia" de Coetzee, una maravilla.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Desvaríos


A eso de la una de la tarde te fuiste al río, Beto llevaba su ropa en una mochila gigante, por fin la lavaría, su situación era insostenible, estaba pudriéndose en vida, pero no más, tú le acompañarías y se asearían. Por la noche sería otra cosa, la casa temblaría y las paredes se resquebrajarían otra vez, las calaminas volarían y la luz de la luna penetraría con violencia en el claustro, las tinieblas se harían aire palpable y llegarían los viejos inquilinos, espectros de la noche, almas atormentadas, demonios hostiles, yo qué sé. 
Después vimos en la tele algo de porno, y ahí te vimos, a ti querida ex, a ti querida prima, a todas la mujeres que conocimos, que pendejada, todas son actrices porno, excelente, me masturbé hasta la madrugada. Llegamos con el ingeniero Ronald, un gran hombre, cultivado en el arte y la masonería, mis respetos hombre!
Como sea, estamos otra vez acá, confundidos, extrañados, absortos en tratar de conseguir un boleto al infierno, y ahí te veré querida, siendo otra, ignorando en su máxima extensión el sufrimiento y el desengaño, ahí te ves, yo sigo muerto.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Nuevo itinerario

Querida señora Inteligencia Artificial, a mí no me atraparán tan fácil, allá los borregos esos que publican sus estúpidas fotos egolatras y sus hojas de ruta , sus coordenadas y hasta sus emociones, hazlos carne enlatada o jabón al estilo puro de Matalaché. Estoy en un lugar en el que la gente cree que tirar un papel no es tirar basura, entonces qué mierda es, no sé, no es basura y punto, y si tanto te molesta tíralo tú. Gente de mierda. Villa ascendida a ciudad?, ni cagando, todo este puto departamento está infestado de ignorancia al punto de hacerse aborrecible, lo que sí hay son drogas por todas partes, el problema con las drogas, a diferencia de los países desarrollados, es que no habiendo mucho que destruir en lo que respecta a la materia gris, destruye la misma idiosincrasia, y eso en verdad es triste, pero al pincho, nosotros somos la resistencia a un mundo que se avasalla en la indiferencia y la  ignominia, los prejuicios, la idea estúpida de la masa de pensar que todos hemos de ser bestias de carga, falso, nosotros elegimos parasitar este mundo sostenido por la ovejas. Pues al fin y al cabo, de qué sirve esforzarse si al final, unos cuantos años más o menos, te olvidan, te desconocen, verbigracia:  César Vallejo U Oswaldo Reinoso, ninguno tan popular, tan querido, tan importante como el "héroe"argentino Gareca o el negro Farfán, ágrafo, iletrado y tan conocedor de la cultura peruana o del mundo como un simio. En fin, según ellos ganaron, el enloquecideo y enviciado flacucho desaparece otra vez, a quién le importa, ja, a mí no, nunca me importó una mierda masa de imbéciles con los cuales había que mantenerse callado o hablando zonceras como el día a día, la mierda de programas de televisión que adoran, desfile de borricos con tetas, pectorales y culos, me da asco esta gente, pobres gentes, y encima vamos a Rusia, ja, a dar verguenza claro, los rusos son gente superada, ya de una vez deben lanzar la atómica sobre estas latitudes y acabar con tanta fechoría contra la humanidad. Como sea, nuevo itinerario:
Visitar a Eilita y Beto, cocinarles comida cantonesa y oír con ellos buena música, ya saben, una rola como ésta:
La llama se apagó,
No sé,
Matamos la ilusión,
Tal vez,
Y dónde quedo yo
En este mundo sin color
Sin historias que contarte
Sin saber cómo explicarte.

Que hoy te veo
Y aunque lo intente no se me olvida
Que eras tú el que no creía en las despedidas
Que sigo siendo la misma loca que entre tus sábanas se perdía,
Y a fin de cuentas no soy distinta de aquella idiota.
Que te quería.
...
No importa como fue
Ni quien
Queríamos beber
Sin sed
Y donde quedo yo
En este mundo sin tu voz,
Ignorando las señales
que me llevan a encontrarte.

Que hoy te veo
Y aunque lo intente no se me olvida
Que eras tú el que no creía en las despedidas
Que sigo siendo la misma loca que entre tus sábanas se perdía,
Y a fin de cuentas no soy distinta de aquella idiota.
Que te quería.
...
Que todavía espera verte sonreír
Que todavía espera verse junto a ti.

Que hoy te veo
Y aunque lo intente no se me olvida
Que eras tú el que no creía en las despedidas
Que sigo siendo la misma loca que entre tus sábanas se perdía,
Y a fin de cuentas no soy distinta de aquella idiota.
Que te quería.

Que sigo siendo la misma loca que entre tus sábanas se perdía,
Y a fin de cuentas no soy distinta de aquella idiota.
Que te quería.


https://www.youtube.com/watch?v=JPdm1AskDfc

Hago lo que chucha quiera donde y cuando se me de la puta gana, ¿queda claro? Sí, bien, repasemos:

Tuvimos la fortuna de leer al sueco Johan Jonasson, y vaya qué maravilla, La analfabeta que era un genio de los números, ya no lo recomiendo a esa bola de ineptos de facebook, porque no tiene caso, no van a cambiar, todos somos tercos y necios, ya ven, idiotas, púdranse, no me escucharon cuando les dije que a mí no me doblega nadie, ni siquiera el vicio, yo me largo en cuanto el vicio pretende pegarme a un lugar, me largo y me limpio en le camino, ya lo dije cientos de veces, soy de la resistencia infekthrash, el resto son chistosos poseros de mierda, disfrazados, falsos, puritanos despreciables, me cago en todos ustedes.

Bueno, después de oír esa rolota, podríamos retomar ésta: https://www.youtube.com/watch?v=GnsPhNJlWO0 y seguir imaginando a nuestra nueva compañera, una artista por supuesto, ya me veo viéndola ser y sintiendo el amor admiración que tanto me hace falta. Luego a ver películas, ya tengo una "El niño burbuja", nos reíremos harto Eilita. Pasará el año nuevo, mi cumpleaños (puta madre qué paja el minuto 2:01, amo a esta mujer), treinta inviernos con sus veranos, y entonces partiré nuevamente hacia el norte, sin detenernos hasta México, y de ahí a los Estados Unidos, de una buen ay puta vez, a qué no?, solo observen.

Pero hoy estoy donde Beto, el gran talabartero de esta Villa que aloja a viajeros y locos diversos con la única condición de beber y drogarse con él. La casa está derruida, pero él no baja el ánimo, "somos locos", es todo lo que tiene que argumentar en cuanto uno le pregunta sobre su miserable situación. La verdad no es tan mala la situación a no ser por la ausencia del mar, eso sí que es grave. Ayer por la tarde estando en el río que flanquea la Villa, comprobé cómo el cerebro te engaña y es capaz de tenderte trampas de lo más inverosímiles. Por ejemplo:

Veo un árbol, bajo la mirada, ya no está. Las piedras en las que me siento se mueven un poco cada minuto, los arbustos que me rodean se resecan y sus ramas son una transición de la planta al ofidio, el agua se seca y luego corre violentamente hacia mí en forma de sonido ensordecedor. Abandono ese lugar raudo y deseo comprobar el terremoto, no hubo tal, pero todo luce derruido, ven?, el cerebro me engaña, por eso decido aniquilarlo, salud!


Post:
Kiara: Oye, me dirijo al norte por toda la costa, espero verte en alguna playa, en bikini y dispuesta a que te eche protector solar en tus hombros y que ajuste tus prendas, al rato de invito unas cervezas, te parece en Mancora?, está bien, también la marihuana, tú el resto, claro, incluido el hotel, es un trato?, bien, besos, ya te veo.



domingo, 19 de noviembre de 2017

Nos VEMOS


Decidimos volver a la ruta inicial, tal vez nos confundamos un rato con los mensajes de otros, interpretemos mal lo de sus verdaderas intenciones, que un no significa sí o huevadas así. Nos vamos al Brazil, nos vamos cantando y con la misma gente. Ha sido magnífico lo de al revelación del asunto en toda su extensión. Allá la gente está follándose, yo me apunto hermanos, Kiara, preciosa mujer, ya te veo luego. Las gafas negras te componen un cuadro magnífico, ya sabes, toda estrella de rock, pero yo prefiero tus ojos celestes brillando con magnificencia. Te ibas al net a ver cómo era la ruta, tú sabes, dijiste, claro, yo también hago eso, miro las formas que dibujan las carreteras en el mapa, imagino vidas enteras en cada lugar, de ahí me asomo un rato como si se trataran de volcanes y salgo, sigo de largo, ahora último volví, te imaginas, tú también vuelves verdad?, bueno, lo hice y qué crees, es el gesto más estúpido que hacemos por satisfacer a la puta mortificación, nunca es el mismo sitio al que retornas, todos se alejan tomando, viviendo, muriendo, seguir adelante, aun cuando se trate de un gran círculo. Ya no hay nada pendiente, solo irnos, que la profundidad del camino nos digiera o acoja, estamos preparados para todo, ya nos vemos por ahí Kiara, besos.

https://www.youtube.com/watch?v=BbasFxwVpyw

sábado, 11 de noviembre de 2017

Confirmado



El once de noviembre empezamos una nueva vida, estamos todavía en este pueblo huamanguino, pero al rato nos largamos a la playa. Queda confirmado, se hace.

viernes, 10 de noviembre de 2017

VIAJO



Pasé días, semanas y meses, quién sabe si hasta años -porque para mí fue un solo instante eterno y tortuoso-, tratando de recuperar las llaves de tu ser, y nada. Cada vez me sentía más avergonzado de seguir intentándolo, como si no lograrlo significara el fracaso medular.
Te dije tantas cosas e hice tan pocas, porque las cosas que digo en su mayoría valen por sí mismas, decir por ejemplo que ni la resaca de todo lo desvivido podría devolverme la paz y  la alegría, la satisfacción de saberme correspondido por ti. Demuéstralo, decías tú, tienes un mes, tienes un día, te queda tan poco tiempo para hacerlo, se te acabó el tiempo y las oportunidades; Ha muerto mi amor por ti, concluiste. Aquel día yo componía versos en clave de etanol y roía panes duros con agua de charco filtrado con los retazos de mi camisa nueva. Qué era yo para entonces, un indigente, una miseria humana, un pedazo de carroña, tal vez todo eso y más, lo cierto es que me importaba una mierda convertirme o reducirme a lo más ínfimo del ser humano con tal de recuperar tus besos.
Sin embargo ya todo estaba dicho. Por lo menos de tu parte, murió el amor y punto.  Me negué rotundamente y apreté los puños y los dientes como queriendo negar la realidad, después me emborraché y anduve dando traspiés todo el trayecto hacia donde te encontrabas. Volví a oír, esta vez con mayor contundencia y firmeza, tu negativa brutal, agregando que acaso yo no tenía dignidad como para seguirme hundiendo en el patetismo de implorar por algo que ya no existía. Y recordé debido a esto aquello sobre la dignidad, que era mantenerse firme incluso en los peores momentos, como una roca ante la tempestad. Me infundí algo de valor y te mandé a la mierda, salí corriendo a llorar al parque, a beber sin misericordia. Estupidez del hombre, pretender olvidar con el elixir de la memoria. Y volví.
Me fue peor, también a ti, para que negarlo, proferí tantas ofensas que me di lástima, ¿cómo podía ofender tanto a quien decía amar?, ¿Cómo?, a lo mejor la pregunta adecuada era ¿para qué? Aletazos de pez fuera del agua, solo eso. Entonces llegó lo inminente, la orden de alejamiento, fue cuando terminé de deshacerme en llantos y torturas mentales, no podía ni siquiera olerte ni sentir la brisa perfumada por ti. Era el fin.
¿Que si pensé en quitarme la vida por todo esto? Lo negaría si tan solo pudiera decir algo en favor mío, pero no, todo era mi culpa, inclusive el seguir atollado en ese lugar al que nunca quiero retornar, todo.
Era jueves sino recuerdo mal, te vi pasar a lo lejos, estabas más bella de lo que podía recordarte, escupí con rabia y me alisé el cabello, tenía que dejarte, irme, huir. Ya sé que dicen que huir es una carrera que nunca se ganará, pues bien, yo te perdí, pero al fin y gracias a ello pude salir a la carretera y conocer mi país, el mundo,  y revivir de otro modo.


Consideré que podría darme más oportunidades con la vida. Salí a caminar en línea recta, tuve que dejar de andar en círculos y quitarme la venda. No lograba del todo comprender por qué me encontraba de pronto molesto con la gente, contigo, conmigo mismo, con todo el mundo; quizá alguien moviera los hilos mientras yo actuaba como una marioneta, pensé en dios, en el destino, seguía molesto.
Tenía planeado irme a Pucallpa y empezar de cero, conseguir un empleo ya saben, de esos que te levantas temprano y sales de noche, tan cansado e indispuesto para otra cosa que no sea descansar, dormir, no existir.
Fui, llegué, una ciudad bastante atractiva, pero no lo suficiente para mí, vagué por el río Ucayali viendo los barcos pasar, la basura acumulada, los comerciantes repugnantes, yo era un fantasma, me daba la importancia del fugitivo y caminaba viendo a todas partes. Decidí beber, entré a un bar de bebidas exóticas, abordé a un viejo y bebimos hasta casi caernos, la tarde cayó, volví a recordarte, mi mochila pesaba una tonelada, y es que antes de salir junté varios trapos para el cuerpo y mis enseres de limpieza, pero sobretodo coloqué la piedra krabba, ésa que un santo le pidió a dios como pan y le llegó como piedra, está ahora en la meca, pero bueno, la mía era un amasijo de libros, piezas ornamentales, animales disecados, papeles escritos, bisutería diversa, basura.
Debo hablar de mi mochila, en realidad, tu mochila, ya sabes, la que te regaló Alex la vez que me lo presentaste y entraba a tu habitación a conversar conmigo, ¿recuerdas sus piscos y nuestra intensa sed? Sé que recuerdas, sé que no olvidaste, sé que aun late en ti la que fuiste conmigo, dices que ha muerto, sé que no, porque si no cómo es que sigo escribiéndote. Se supone que hablaría del viaje, ya ves, ayer fue tu cumpleaños, estuve llorando dos horas seguidas mientras te cantaba en silencio el happybirthday, después vi el video de nuestro hijito viéndome en una prenda de vestir, por lo menos él tiene buena memoria, quiero pensar que lo heredó de ti. Ya he olvidado todo lo malo, nada de lo que te dije para ofenderte era verdad, quiero que sepas eso, que aunque no leas nada de esto, debo hacerlo para sostenerme, para mantener a los demonios atrás, estA máscara de palabras que ahora me pongo solo es para estar cuerdo, o no tan demente.
Bueno, había una botella grande de shampoo que compré antes de ir por segunda vez donde ustedes. Esa noche que te llamaron y supe que había otra persona y lloré tan patéticamente, esa noche la botella estaba casi llena, en adelante fuimos inseparables, el shampoo, la mochila y yo. Fue en Tingo María donde se perdió, tomó su camino hacia otras cabelleras.
Cómo evocarlo, veamos, caminaba carretera arriba, mis pies acariciaban el lomo de la serpiente de asfalto, ¿nos llevamos bien sabes?, todo el trayecto, los cientos de kilómetros que recorrí siempre fuimos mejores amigos, dormí, comí, soñé, grité, corrí sobre la serpiente, muy pronto hermana mía, volveré a montarte. Llegué a un lugar donde frente a mí se apareció un túnel, el túnel Carpish, uno de los más largos del país, cuatrocientos metros ni más ni menos.
Uno entra y da veinte pasos y sale corriendo, la mochila pesa un huevo de hierro, te pones al costado de la vía, ves salir cientos de vehículos rugiendo escandalosamente, el túnel amplifica el sonido en mil por ciento. Te sientas, observas, te preguntas sí lo lograrás, es decir, pasar el túnel sin ningún vehículo, recuerdas que muchas veces te has considerado un pusilánime, un cobarde, te levantas, levantas la mochila, entras nuevamente al túnel, que suceda lo que tenga que suceder, caminas, la oscuridad es aplastante y sofocante, a casi cien metros la humedad es palpable en el aire, te sacudes la cabeza, a casi doscientos la oscuridad es total, se oye la violencia del sonido de los vehículos acercándose, alejándose, tapas tus orejas, es mejor, el miedo es al sonido no a la oscuridad, a la oscuridad ya la tienes dominada, has vivido en ella, son viejos amigos. Caminas más, la luz es un recuerdo improbable, pero tus pies continúan, no se detienen, ni tu corazón que late a doble ritmo, a triple, se te sale por la boca, por los oídos, pasa un gigantesco bus, tocan la bocina, el conductor dibuja en su ceño la sorpresa confusa de estar viendo una silueta real o imaginaria, no tiene tiempo para corroborarlo, pasa a noventa por hora, desaparece, el sonido se arrastra detrás, tú sigues caminando, ahora sudas y la cabeza recibe los goterones del cielo raso curvo del lugar, aprietas los puños, te ves arrollado por un tráiler, nada sucede, los minutos continúan, sientes que nunca existió afuera, que siempre fue adentro, oscuro, eterno, frío. Y de pronto la luz, la salida, el renacer, una alegría tal que me hizo ralentizar el paso, ya estaba cerca, salí. Triunfé, podía hacer cualquier cosa en esta vida, me sentí ganador, como tú cuando me olvidaste.
Del otro lado del túnel habían varias personas que al verme sacaron sus celulares para filmarme y esas cosas, quién era ese loco que salía de aquel lugar peligrosísimo, levanté los brazos, grité, seguí caminando, durante aquellos momentos te olvidé, te lo juro, y volví a ser feliz.


Tiempo después del primer viaje, el joven enloquecido consideró redescubrirse en la ciencia ficción, su pasión de antaño. Lo hizo, Neil Bloomkamp era el maestro de por entonces, sus largos y cortometrajes eran apasionantes; el estilo, la estética y los argumentos sobre invasiones alienígenas cautivaron la atención del joven enloquecido, quien suspendió temporalmente el segundo viaje para nutrirse con todo el material disponible que la Oats Studios ofrecía a todo el mundo.
Entonces lo supo. Toda aquella maraña de pensamientos y visiones, a veces alucinaciones, estaban en esa dirección, es decir, la que provenía de la creativa y fantástica virtud del cineasta sudafricano. No se trataba de demonios, eran seres del espacio exterior tratando de comunicarse. El joven enloquecido suspendió sus maravillosas disertaciones sobre el amor que sentía por ti, para darse un respiro e intentar decodificar dichos mensajes, pero esta vez con la mente lúcida, sin trampas ni nieblas de confusión postindustrial.
Una mañana te oye cantar entre ladrillos despedazados a martillazos por la mano de un hombre que prefiere no referir; a la siguiente te dice ya te veo. Hoy está tratando de recordar tu rostro, algo se ha desconectado en su memoria y te has perdido para siempre. Él, sin embargo, te ofrece uno muy bello, con las cejas juntas y las pestañas depiladas, la nariz grecorromana y un terso y delicado cuello terminado en un tórax de cuento. Esto último teniendo en cuenta la amplia gama de cuentos y por supuesto, de tórax. El tuyo era mejor que el anterior, lucía un par de tetas fenomenales, basta con decir eso. De manera que se atrevió afirmar que no eras tú, que gracias a él habías mejorado. Sabes ahora que no es cierto, que incluso en su afán de reformarte, de darte nuevo cuerpo, te veía tal y como te recuerda, exactamente así: Sonriendo, llena de carnes, frenética en la direccionalidad de tu mirada, impía en la presión aplastante de tu presencia. Por eso rebusca el martillo nuevamente en la mano del hombre que resulta ser tu padre, se lo arrebata y ensaña contra tu cuerpo alterno, lo reduce a un cuadro estrambótico de arte postmoderno, se complace de su obra, se vanagloria y llena de orgullo que no sabe cómo difundir, cómo esquematizar, con qué conservar, y el día le queda chico, la tarde se condensa en el horizonte ambarino a causa de la luna llena de agosto, a dos días de tu verdadero cumpleaños y no esa fecha que celebró con envidiable y errática seguridad. El martillo se hace polvo y vuela hasta la cara de su dueño que solo atina a estornudar; tú sigues ausente, el joven enloquecido está calmo, su piel avejentada se renueva pelándose en el frío, lejos del polvo y el sol, momentáneamente henchido de armonía con el viejo y silencioso modo de triunfar que lo caracteriza. Te sigue buscando, te sigue recordando, el amor se convierte en su seno en una gota fría de sudor que no tarda en limpiar con su mano. El segundo viaje se sigue posponiendo porque sobre el primero todavía hay mucho que rescatar en códigos lingüísticos que se presta a seguir dibujando uno tras otro.



Yo sé que te amo, que siempre lo haré porque mira, pienso en ti y youtube me devuelve maravillas como Y´akoto, el baby blues, realmente extraordinario, te amo por eso.
Después del primer viaje recuerdo estar hojeando dos libros, el primero, una antología de cuentos de horror seleccionados por un fanático del tema, pero un señor fanático, amigo de Hitchcock y admirador confeso de Bradbury, por cierto, el libro de Acerva de novelas de ciencia ficción, qué pena, ni cuenta te diste que te lo había dejado, ahí debajo del velador, pensé que quizá el niño podría haberlo cogido y guardado en un lugar secreto hasta que aprenda a leer, que por cierto es mi nuevo cometido. Pero nada. Por eso iré donde ustedes otra vez, donde él quiero decir, para enseñarle a leer, una vez abiertas estas puertas podré morir en paz, o seguir viviendo en guerra, cualquiera.
Su voz está impostada en clave Amy Winehouse, ¿genial no? Justo antes de quitarme de Huánuco estuve andando con otro apodado el negro, un pata de familia acomodada, entregado completamente al vicio de la pereza; le acompañé a vender los libros de medicina de su hermana, y aquí viene la crítica social, ofrecimos los libros a cuanto trabajador de la salud nos encontrábamos en las calles de la vieja ciudad huanuqueña, como siempre, nadie necesita un libro, menos cuando ya no es estudiante; además cómo habíamos obtenido el libro, éramos vendedores oficiales o… Se lo robamos a una señora parecida a Ud. Sin vergüenzas, desaparezcan antes de que llame a la policía. Seguro señora, seguro.
Al final, por veinte soles, las cosas importantes en la calle valen pocas monedas, en la casa valen unas cuántas lágrimas, las monedas son tan incapaces de indicar el valor exacto de lo importante, claro que un libro de farmacología ilustrado de casi novecientas páginas no es algo de qué hablar en más de tres líneas, la idea es perder el tiempo mientras llega lo importante.

La otra vez leí en una camiseta: Las cosas importantes de la vida, no son cosas. Y me arrellané de satisfacción.
Se pasó la tarde dándose de palmaditas él mismo, sonreía solo.
No tiene nada malo hablar solo, ni de sonreír. Le parece cojudo reírse solo, de la nada, recordando o qué sé yo.
Nos trata de convencer de que todo irá bien, se dice a sí mismo: tú puedes, tú eres, la cagaste, puede mejorar, déjate de zoncear.
Lo haces por entregas, primero recuerdas la guitarra, después te parece haber visto al amigo de otro caminar cerca, al rato le consultas sobre su ubicación: Lima, Surco, imposible en Huancayo.
Yo también te vi, ibas por la sección de zapateros del mercado La pólvora, llevabas la casa raída de George, perdón, de Moshé. Ése sí era yo, te dices, nadie opina al respecto.
Porque no llegan a consultar si estás bien o ya te comen los gusanos, ya no importas, nadie en realidad, es mutua la huevada, seguimos siendo extraños, tú, yo, el mundo, ellos, su mundo, todos, una orquesta de extraños tratando de tocar la misma canción que saben nunca podrán cuadrar porque les resulta imposible fijar los tiempos, la melodía, la pasión.
Si no son cosas las cosas importantes de la vida, entonces qué son. Carne reptando hacia huesos en calcinación, perros con zapatos muertos por autocompasión, el suicidio objetivo; o a su vez. canarios rojos por inanición en sus jaulas de oro colgando en un lento vaivén de brisa agosto rodeada de hebras de sol de tarde despejada luego de lluvia postergada por nubes decoloradas sin razón, antes negras y ahora ni nubes.
Como pienso lo haré, ya sea con palabras o acciones, lo seguiré haciendo, y esto resultará qué: Anticosa, no cosa, señora de la subjetividad. Gracias. Aplausos, silencio.
El viaje se detiene, mira en derredor, nadie viaja, ni si quiera él, la pena entra en acción, gris de hielo, verde paroxismo, la coge del cuello y desaparecen los dos.
Cierras el telón, al fondo un avispón. Le ves la cara, es tu profesor, el padre de la gata que follas cada noche y que dice llamarse Cris. La detestas, más a tu profesor, ella también, su familia hecha trizas a causa del viejo nuevo amor que por aquel entonces le hizo recurrir a otro cuerpo para traer a este mundo a sus hermanos menores. Ambos odian, ella y tú, y por eso el sexo sabe a hiel y los besos a mandrágoras parlantes que de tanto en tanto estiran las manos labios y entrelazan su furor. Pero se acaba y no se dicen ni adiós. Les vale pelos de cerdo la vida y su función, se olvidan y todo sigue peor, envejecen, decrecen, dientes escupidos, cierto encanto en el decir, cierta tenue manera de perder el tiempo, perdón, de esperar.

Con cuánta facilidad entristezco, cómo así de fácil se fractura mi vida, mis proyectos. Pensé que podría acaparar tu atención madre de mi hijo con todo esto del viaje, pensé que podrías decirme, espera Kevito, no te vayas, queremos que vuelvas, que lo intentemos una vez más, ya qué importa el pasado, aun nos tenemos, pero no, otra vez no, todo resulta absurdo cuando pienso en todo esto. Ahora todos callan, me he perdido en el olvido colectivo, es más, nunca fui nadie, nada. Podría echarme a morir a un lado de la carretera y esperar que el sol me fulmine, y nada, sigo comiendo, bebiendo, fumando, tratando de vivir la vida, como dicen los que no tienen ni idea lo que significa estar vivo. Esto es Puerto Maldonado, el gusano pusilánime que habita en mí me susurra ideas estúpidas, quiero aceptarlas y hacerlas, largarme al Brasil y morir por ahí, olvidado e ignoto como jamás podría imaginar alguna persona.
Soñé contigo madre, después de mucho tiempo, llorabas, eras una señora francesa que no nos miraba cuando afirmaba entre sollozos que era nuestra madre pero que desde muerta era esa señora. Mi abuela está en medio, tiene la cabeza apoyada en la palma de la mano, no le cree, la mira de reojo y sigue en lo suyo, mirar eternamente al vacío, al pasado.  Mi hermana y yo nos miramos cómplices, lucimos entusiasmados con la idea nueva de nuestra madre, pero su llanto nos conmueve. Después veo una mujer a la que vuelvo a amar, y entonces, fulgor oscuro, disolvencia, disociación, despierto, se agotan las lágrimas y por supuesto, la cinta del proyector. El río fue enorme, hermoso, amarillo, ardiente, maravilloso, eso me llevo envuelto en seda a la tumba, este recuerdo y todo lo demás.
En Cusco he conocido la truhanería en su máxima expresión, y me sentí tan desilusionado de mi especie que erguí nuevamente mi capacidad de autodestrucción, sin conseguir nada más que pena y dolor, más que usualmente. Una casa de locos desesperados por reencontrarse después de largas caídas, una casa que aloja en camas compartidas a toda latinoamérica corrompida pero levantada en pie de resistencia, de demostrarles a todos que estamos vivos, que no nos han vencido, aunque claro, yo por ejemplo, ande siendo un lastre inútil para cualquier propósito. Con cuánta negatividad construyo este emporio de palabras, desde el inicio, me sorprende a mí mismo mi monomanía monumental, esta gran obra de un hombre de casi treinta años, incompleto, corroído, sumido en ideas falsas, creyendo solo en la carretera como terapia contra la mugre de las ciudades, del vivir como nos imponen. Este es el precio de la libertad, me liberé de la esclavitud del dinero, pero con casi todos los accesos restringidos, he mutado en una especie de joven mendicante, insultante a los ojos de personas más viejas que comentan que tendría que trabajar en otra cosa, de sol a sol y reconstruir mi familia, mis proyecciones como adulto. Y no lo soy, tan solo un niño triste, es eso, no me avergüenzo, tampoco me enorgullezco, es lo que soy ahora, lo que hago, por lo que lucho...
Mientras tanto camino viendo a la mujer que amo, pero que no existe más a mi lado, con ternura, acaricio su mejilla y le doy un beso, la rodeo con mis brazos, luego tenemos un hijo, y de pronto estoy sudando  a mares sin llorar, tratando de rellenar el papel blanco de la computadora, siendo el supuesto artista de la palabra que me encargué de denegar en mí mismo. Nací como símbolo del odio, he aquí mis formas de significación, evasión, negación, consumación. Me odio, lo digo y ya, luego tengo que abrazarme como abrazo a los árboles, a éstos viejísimos compañeros que resisten todo de pie, lo siento mucho padres, no soy como ustedes, se me acabó la savia, el sol no me alimenta, estoy tan seco como el suelo calcáreo de mi barrio de la infancia. Debo arrancarme y limpiar el terreno para otro, eso hice, los dejo para que sean ustedes mejores, o tal vez peores, no me incumbe, me entristece a lo mejor, pero como dice el poeta pastel, Munra: Más nada.



Un beso y te hablo luego

Te cuento mujer, te sigo amando, lo sé, lo siento, me encapricho, mis pezuñas adheridas a la roca, eres la escarpada colina, yo la piedra, como sea, te tengo algunas consideraciones, algunas reflexiones, algunas palabras:

Había un par de chilenos en el puerto, eran de la misma ciudad, viajaron desde Valpo hasta Puerto Maldonado hace tres años, no pueden salir, están atrapados en la comodidad de la demencia progresiva, pescando y lanzando machetes al aire en medio de la madrugada. Yo estaba con ellos, los viví varios días, me contextualizé y desaparecí, ya sabes, por el video de Kramm pidiéndome que vuelva, yo sé que hemos muertos ambos, que nuestra cofradía se disolvió sin más, pero todavía sostengo el hilo de mi lado, tú ya dejaste ir, la corriente de la vida se llevó ese nexo, tú esto yo el otro, tú me cagas , yo no, míranos, el niños nos necesita juntos, lo sabes, pero no, nadie cede, yo no me rindo mujer, yo no claudico, yo me rebelo y muero rebelado, no me amilano, no me arrebujo, ataco, ofendo, cago. Por eso estoy solo, por eso terminaré como Colón, no lo sé, pero de algo estoy seguro, la certeza de la firmeza inquebrantable que sea mi epitafio, y después, cuando vuelva, si es que sucede, desdibujaré mis recuerdos con nuevas imágenes de personas tendidas en la playa, de personas acariciando mi rostro y cabello, de personas abrazándome y diciendo en silencio: te quiero, nunca te vayas. Entonces me iré, sin duda, así soy yo, no quiero cambiar. No me aceptas, no te conviene, no te resultó conveniente como para aceptarlo, bien, acá estamos otra vez, yo ya no te llamaré, ya no me importas aun cuando sabes que muero por ti, sé que andando nunca daré contigo, y eso es reconfortante, pues si me fijo, me haces daño materializada, en cambio, si te concibo solamente en el cénit de mi imaginación, te amo más que nunca, pero ambos sabemos que al vernos se cae toda esa levitación de ideas, la magia se atasca y atraganta y termina vomitándonos como somos... De cualquier modo, te seguiré imaginando, hoy estoy un poco molesto contigo amor mío, la delgada silueta de las ideas que te recomponen se colaron por mi desanimo y me hacen una especie de reproche en forma de flojera y típica resignación que la verdad quiero dejar atrás, por eso, mientras tanto oigo a Robert Randolph...un beso, ya te hablo luego.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Bitácora del viajero Días 1, 2 y 3

Hay una suerte de mística en torno al irse por al carretera, y se trata de no volver, resistir en el ímpetu de avanzar, no interesa el objetivo, del cualquier forma siempre será efímero. Uno llega a un lugar, se maravilla, da vueltas, come, mira, habla, fuma, bebe y se quiere largar y tiene que largarse. De un modo u otro hay que seguir hacia adelante, recordando que la vida es precisamente eso: caer horizontalmente. 

El capitán ascendió por Warpapicchu, los caminos se atestaron de eucaliptos y el aire se enfrió, se le ocurrió que podría volver por donde vino, pero recordó la mística arriba mencionada, se sentó, mangueó cancha y chicha de jora, esperó, se puso de pie, camino horas, lo recogieron por fin. En estos lares todavía no es aceptada la idea de viajar sin un céntimo no con ánimos de joder al transportista, sino todo lo contrario, con el afán de hacer de su oficio algo con tintes de humanidad. 

Llegó a Andahuaylas; pueblo de mierda, para ser honestos, caminabas, era llano, pero el polvo, la gente demasiado comerciante y campesina, cuál sería la palabra, una hilacha de población abocada al cultivo de papas, y pensar que de arriba se veía tan bien, todo verde y vivo. El capitán pasa de largo, come pepián de choclo unas cuatro veces, se indigesta, entra a un baño de grifo y atora el excusado, se complace, el sol está cayendo pero todavía raja piedras. Aborda otro camión, anochece en Abancay, ahora la cosa es distinta, el clima es genial, más calido que Huamanga, y tan grato como en Tarapoto, algo ocurre, la ciudad se extiende en ladera hacia las partes altas de los cerros, es un afán cojudo el de subir y bajar. Mencionan este aspecto como justificante de la buenas piernas de algunas chicas, falso, lo sé, ellas van al gimnasio o ya las tienes bellas por naturaleza, como sea, el capitán vuelve a comer, escribe en las partes en planco de sus dos únicas novelas que tiene en la mochila, se complace leyéndose, qué más da, es escritor de su único lector: él. 
Le hablan de la Casa en el árbol, le parece una tontería, pero va a la dirección indicada, efectivamente, ahí esta, entre tres árboles de pacay, dos plantas de entablado bien acomodado entre las ramas más fuertes de los árboles. Se instala, abraza a un gato, oye a una mujer suiza discutir con su brichero, se duerme, amanece, se larga hacia Cusco, le acompaña esta vez un funambulista y malabarista marginal y decadente, se congracian. Llegan al Cusco a las cuatro de la tarde, fuman Golden beeach. 

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Semblanza de una ruta


Una vez pensé que podría reiniciar mi vida con la misma facilidad con que la destruí. No es fácil, ni lo uno ni lo otro. Pero hoy estamos a la salida de la ciudad de Huamanga, rumbo al sur, esta vez son el par de zapatos del niño y la novela de Gidé y Onetti, los que nos acompañan. La mochila es la misma, la pena también, la pena de no haber hallado el lugar que ansiamos, de no haber dado con la gente que buscamos, los nuestros. Esa pena se extiende entonces a lo largo de la carretera como una promesa: El amor es automático, se apaga y prende solo... https://www.youtube.com/watch?v=i--f2XskUUM

Iremos a Andahuaylas, llegaremos, comeremos un montón, nos bañaremos en algún río, cogeremos una piedra y sacaremos la mugre de nuestras manos y tobillos, seguiremos oyendo Roots, raíces de la música, cuánto he cambiado, ahora integro lo brutal con lo dulce en un solo criterio musical. No tiene género, es solo un impulso, nunca fui un buen músico, lo acepto, pero sé identificarla, y por esos senderos voy. Marcia es como Aretha, una mujer negra a la que no puedes evitar amar, así como Nneka o Etta, ah, las amo a todas.

De ahí iremos a Abancay. Me han contado cosas sobre ese lugar, que hay un señor entregado a la pintura y el cultivo del maíz, viviendo con sus perros y una paloma gris. Todos se alimentan en torno a una mesa viendo por ventana el maizal y el cielo azul, límpido y espacial. La música es de las aves, y la embriaguez ya no es tóxica como con el alcohol, no, ahora el señor come habas y está cultivando hongos que hipnotizan a sus animales como las piedras a los árboles cuando éstos pasan junto a ellos. No veré a ese señor pero ya sé de él, y donde esté le digo: yo le respeto y admiro señor mío, es completo el honor mío al conocerlo. Y seguiré de largo. 

En Abancay conoceremos a una mujer, por fin!, su belleza de trigal y sol matutino me extasiará, nos diremos algunas cosas mientras en mi mente suene Estrella brillante de Nneka, y la desearé, ella me mirará con extrañeza tierna, cabecearemos al alba al son de los pajarillos, daré la vuelva en la cama y la rodearé con mis brazos, buscaré su pulso al tiempo que ponga Radio Inolvidable y me prepare para levantarme y hacerle un suculento desayuno de carne de roedor con granos andinos. Ella permanecerá callada, sus labios solo dibujarán dos líneas oblicuas que denotarán tristeza, lo sabe, tendré que irme, tendrá que dejarme, no soy un promesa sólida, soy evanescente, a veces no logro ni proyectar una ligera sombra. Ella mirará el piso, se aferrará a la taza en la que humea la leche y dirá: está bien, vete, sigue buscando afuera lo que perdiste adentro; yo la amaré por ello, sonreiré llorando y pondré esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=YKK3D0H9fWo Ya la puse una vez, a quién le importa, da lo mismo. Saldré solo, ella preferirá quedarse dentro, sentiré otra vez ese dolor por la partida, mi cuerpo se estremecerá con el aire frío y la angustia del hambre y la urgencia del amor. He amado por poco tiempo otra vez, debo amar más tiempo y más veces. Sigue Cusco.

En Cusco viviremos un tiempo, la ropa se nos caerá de vieja, pero compraremos otra, comeremos harto embutido y fruta, nuestro estómago nos lo agradecerá, una leve reminiscencia nos instará hacia el thrash metal, pero no a ese género estéril que algunos llaman thrash oscuro, puro, true, basura, a nosotros con Ulyses Syren. Pero no haremos nada aun, no será el momento, porque en ese instante oíremos a Pastorita Huaracina, y no podremos dejar de llorar toda una tarde, esa mujer sabe. De pronto por una casualidad del destino o que sé yo, comprobaremos que seguimos una ruta trazada por Arguedas, estamos recogiendo sus pasos, eso es muy muy bueno.

Como sea que suceda, ahora mismo almorzaremos y veremos qué sucede...allá vamos Arequipa.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Hoy nos vamos queridos amigos, nos vamos a terminar con todo esta serie de eventos que en verdad son pura basura. He tomado el camino incorrecto, me aguarda la muerte o la cárcel, hiedo a carroña, no tengo apetito más que de pensar en mi muerte, eso es bueno, es justo, yo estoy molido. No sé cuánto más pueda aguantar pero sé que muy poco, mi mente está amordazada, ya no soy libre en absoluto, voy a claudicar pesando cuarenta kilos y con los riñones estallados y el espíritu quebrantado. Van a matarme en la calle, cualquier momento, solo pido por favor que me rematen.
https://www.youtube.com/watch?v=3AnXxcqWv1o

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Canciones


Todo sigue como al principio. El sol sigue siendo perjudicial en resaca, el brillo de sus ojos siguen siendo vulnerables cuando los encuentro de improviso. Aquí unas cuantas canciones para recordarme lo mejor de ella, Joss:

https://www.youtube.com/watch?v=hcg8DewqjRU&list=PLt0aa0-LQwkeaXl3KQn1TOZhPGM4Yavph&index=13

Me suena a los días de pescado, lo sábados particularmente, cuando podía abrazarte sin tener que marcar la zona, sin ver a los moros por la costa, cuando servía el ceviche en tazas de loza y te ofrecía mi vida en cada cucharada. Te hacía comer, te hacía reír, te hacía el amor, te hacía la vida circulitos. 

https://www.youtube.com/watch?v=xNhNJOp5fnM

Y ahora este tema me devuelve un poco de la alegría perdida con tu pérdida, me veo dando vueltas en torno a un niño que salta de la alegría, me veo caminando entre árboles altos y cerca de un río, llevo un pescado ahumado y agua de maíz, estoy solo pero tranquilo, me veo caminando a las tres de la tarde, pensando que no he de llegar a ningún sitio, pensando en nada, levitando.

https://www.youtube.com/watch?v=g5miHs6VXxs&index=15&list=PLt0aa0-LQwkeaXl3KQn1TOZhPGM4Yavph

Con este tema me siento otra vez triste, dejo las alturas y me sumo en dolor, uno profundo en el que resuena: ya no creo en la vida, solo me valgo de ella para desangrarme. La voz del artista penetra en los intersticios de mi carne y me sobrecoge. Recuerdo a Taj Mahal, la época en la que cantaba Loving to my baby eyes. Voy a llorar un rato.

Bueno, alquilé como cinco horas para escribir esto, teniendo ni un céntimo, recordando la imagen de la señora Yolanda comprando pollo, caminando a duras penas con los bolsillos llenos. Hoy por la mañana Kram se cae y se vuelve a golpear la cabeza que le quedó doliendo. Me siento culpable, me siento triste, me siento obtuso, cual piedra, cual remolacha en la sopa, me siento incapaz de hacer otra cosa que sentirme triste, y entonces:

https://www.youtube.com/watch?v=dx3ecLe4vck

Yo podría cambiar las cosas, podría inclusive ser peor, pero ya para qué, sin tu amor, sin tu existencia, sin tus palabras cerca, sin| tu olor, ya para qué, un lento dejarse morir, ya sabes, un estilo de vida basado en la incongruencia entre lo que siento y lo que debo.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Feliz


No por gustar de leer ciertas novelas, o escuchar con más atención cierto tipo de música, el hombre se hace escritor o músico. Han pasado quince años desd entonces, o sea desde que Jorgen oyó su primer disco apasionante y leyó su primera novela que le forzó a sentarse a tratar de escribir algo en retribución. Hoy, con cientos de canciones y escritos, se da cuenta que no es nada respecto de lo que leyó y oyó, y eso es bueno, las jerarquías, piensa él, pues es el orden natural de las cosas. Como sea, durante la víspera conoció a un verdadero poeta que le dijo que ninguna patraña actitudinal llenaría el ampuloso espacio que deja un talento nato. Jorgen rió, refutó, trato de hacer sentar su posición. Peor al final, tuvo que aceptarlo, él no era un dotado por el arte, él solo era un espectador, un lector, un melómano, esto lo entristeció en algo, pero luego se regocijó, pues ya no tenía esa virulenta responsabilidad de tener que hacer algo, lo que sea, en materia de arte mientras se espera la muerte, y por fin se liberó de ese tormento, volvió a oír el mismo disco de hace tres lustros y el mismo libro también, y fue completamente feliz.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Whiplash

https://www.youtube.com/watch?v=_bWflIVxwHE
Cambiar de actitud, dejar el egoísmo. Actúa, a lo Hydra Vein, hay pelas en La abeja desnuda, las arcadas del cólico te subyugan, estás al borde. Siempre estás al borde. Das lo mismo, no importas. Mientras tanto, pide comida, canta tú mismo y toca la guitarra, riffea con rabia y furia, el mundo se te cae en pedazos, hazles oír quién manda acá. Si bien nuestro cuerpo sucumbe, pues bien, no será en silencio. Vamos a ser otra vez un power trio a lo Whiplash, Destruction, etc. Unas cuantas canciones entre las que incluiré: Imprecaciones presuicidas y desolación y catarsis del espíritu elevado.
Hemos elevado nuestra voz desde las sombras, como el último hálito de la vela antes de extinguirse, hasta las estrellas, a quemarlas y dejar que se queden chamuscadas y sin brillo. Las tengo a todas en el bolsillo, el Sr. Raúl ya no me soporta, soy una especie de paria invadiendo y tomando su casa, me da lo mismo, él lo quiso así, recibió el maldito dinero, que se joda. El olor a roña y orina de su cuerpo alcoholizado me repugna, pero más aun su estúpido discurso de alienación de las sobrinas y todo ese rollo de que antes mi familia era esto era el otro. Yo tenía un primo que cruzaba nadando el río cuando de repente le da su ataque de epilepsia y muere ahogado, mi primo Alberto, nunca te conocí hermano, pero siempre te recuerdo, ahora nos conoceremos, de cualquier forma siempre estuvimos cerca, yo te oí cada que crecía, cada que me acercaba al fuego y decía cosas ininteligibles. Me temo que tengo que parar con todo esto sino quiero seguir llorando. Estoy tan triste, tanto como podría estar un bólido rumbo al deshuesadero. 
Había otro asunto madre, ella dice que no le conciernen mis asuntos de salud, la otra vez estuve con escalosfríos y diarrea, fiebre y pesadillas alrededor de cuarenta y ocho horas seguidas, después creí recuperarme, falso, estoy hecho una hilacha de vitalidad, un lastre, ya no sirvo ni para tirar de este cuerpo, y con todo sigo extrañando un cuerpo femenino, creyendo estúpidamente que podría recuperarme para hacerle ver a ella que siempre va haber alguien para otro, falso, para mí no queda sino la fosa, el clavo en el ataúd, Whiplash, mierda. 

lunes, 11 de septiembre de 2017

Trabajar

Los We all together, íconos en algunas partes de Chile, no hay fronteras, no deberìa ni siquiera imaginarse que las hay. Han sido dos días en sumo extraños. Son brillantes composiciones buen Kevin, y déjame decirte que tu canción Imprecaciones presuicidas, me fascina, es avasallador, salvaje y rockandrollero, felicitaciones. Dos días de reclamar lo mismo a la misma persona, reclamarle cómo es que sucedió lo de dejarme de amar. Ahora te comprendo querida, nadie podría haber amado a un tipo tan bajo como yo, tan envilecido por estupideces, tan sumido en el conformismo. No quiero más de esta vida que pasarla a tu lado, comiendo mandarinas y viendo series, durmiendo y despertando con el niño al medio, cocinaré para ti anchoas en salsa de tomates, dejaré la luz encendida para que nunca tropieces al dirigirte al baño. Te daré las gracias incluso cuando simplemente nos despertemos, te diré hola mi amor, gracias por esta vida, gracias por el niño, gracias por existir. Pero claro, seguramente deberé tan solo pensarlo, que están mejor sin mí, así no Kevin, así todo irresponsable, incapaz de sostener o volver a hacerlo, una promesa, un compromiso inclusive firmado, así para quién querido Kevin, para nadie, a nadie te lo garantizo, pierdes tu tiempo yéndote a cualquier parte, no interesa que ahora oigas Los mads, esa bandaza de Lince que  casi la hizo en los setentas en Inglaterra, el baterista es sensacional, ya lo dije, pero tú lo sabes más. Estuve pensando en ese dragón azul, nunca voy a olvidarlo, de eso ni quepa dudas. Como a ti, ya sè, como a mí, como a todas las personas que has perdido y que pretendes recuperar o conservar. Atesoro personas, te digo. Como sea, iremos a las una a descargar javas de huevo, unas mil quinientas, de once kilos cada una y bajarlas de a dos. Más tarde caminaremos rumbo al grifo Conmebol en post del niño. Ah, ese niño es una ternura, es un galán y un tipazo, por él iremos, comeremos pillito!, y luego hamburguesas para tres, a tu madre le entregas tú hijo mío, pero dile que especial, espacial cómo?, nada, olvídalo, olvídala tú papá, no escuchas lo que ella te dice: se acabó, solo retomemos y afiancemos los lazos fraternos en aras del bien del niño. Solo eso, nada más, bueno, ocasionalmente, una que otra mirada de soslayo, un deseo compartido, un bienestar mutuo, para todo eso por supuesto, tengo que trabajar y estudiar, debo enseñar lo que me gusta, la literatura, debo terminar esa carrera, pronto hijo mìo, lo voy a hacer, estoy cansado y no tan contento de mí mismo, aún así, leemos a César Miró, El tiempo de la tarántula, y John lange, y John Maxwell. La mía es una extraña forma del desasosiego anclado en deseos altruistas, atado además por callos de antaño, y ese lastre de heridas corrugadas y todavía sangrantes de cuando rompía en llanto ante la partida de madre o la consabida ausencia del padre..Bah, mañana ir donde Lobito y trabajar en su taller hasta el fin de semana, cuando por fin alquilaré una habitación buena y empezaremos con nuestro proyecto de vida, estudiar, un cartón, ser el mejor en ello, beber agua caliente en taza de loza los domingos para menguar la cefalea consecuencia del sábado por la noche...


jueves, 7 de septiembre de 2017

"La muerte le sienta bien"

Cheka: 
Querida, estuve pensando, creo que https://www.youtube.com/watch?v=7Vk7OOLzNDI. Bueno, parece darse de esta manera: yo te busco, te invoco, no estás, no existes, me miento, te miento. 
Debo perder el tiempo en escribirte, asumir que estás acá oyendo lo que tecleo, de otra forma no podría seguir haciéndolo,q ué pervertida idea, qué patetismo, pero me llega al pincho aquí está mi verdad, ésta es, debo reformarlo todo, intentar muriéndolo?, como sea que tener.  
Dónde están los días duraderos de ánimo y poca melancolía, ya para qué en todo caso. Quédense con ellos.  
Me acordaré alguna vez de estos días? Días de estarse sentando a comer seis plátanos sollozando, viendote venir falsamente en el horizonte de la avenida. Dónde irán a parar estos días de extraviarse entre las nueve y las once de la mañana, o dejarse tirado a un lado de cualquier árbol: hola árbol, me siento un rato señor árbol, chao señor árbol. Tan simple como ser un niño y tan difícil a la vez. Ya no eres lo que crees, o no creas en lo que eres, qué pretenden decirnos. Estallan resoplidos, inician concierto los gemidos, las paredes son indiscretas, el viento se presta para el transporte. A qué has venido a oírnos, me preguntas; yo no lo hice, les digo, por cierto, el tipo se veía lamentable despierto a esa hora, no es un perro de la noche, mejor, estás a buen recaudo, consuelo para chacales, carcasa de elefantes o de insectos, cuál prefieres. Me preguntaron en la encuesta: Si usted llega a una conversación de la que no sabe ni shit, qué haría, callarse y escuchar con atención o ponerse a hablar de Sepultura, preguntando cuál disco es mejor: el Beneath, el Schizo o e Arise, porque ése es el triángulo perfecto de Sepultura, en cambio, en mi modesta opinión sin posibilidad al rebate, con Sarcófago el asunto por supuesto que partiendo del INRI, se consolida en La ley del látigo, y retorciendo su perversión en el Hate, a pesar de la teba programada. Como quiera que sea, la idea de tocar intentando superar el estilo todavía resuena en mi cabeza. He sido tan poco honesto al tirar a la basura mi dulce guitarra que ahora hace consonancia con el individuo que nos saca el material reactivo esta temporada, y a quien se le ocurrió que fui yo quien se llevó sus tres polo que estoy seguro jamás usaría ni tendría intención de ofrecer a ningún mortal llevar esas prendas. No había muchas intenciones de escribir hasta que escribí. No sabía que te amaba hasta que te amé?, no, hasta que te perdí?, tampoco, hasta que se ocurrió que debido a nada. Pues, si somos cada vez menos obtusos, como cuando nos íbamos con las chivas a bordo y te quedabas sola, desconsolada según tú, y abrías el portal, convocabas a algún merodeador de los muchos que atesoras o colecciones, por precaución, o una huevada así, típico en humanos gusanos, verás que no trabajaré nunca más y aun así te enterraré o llevaré flores y me embriagaré en tu tumba, esperando saques la mano por la tierra y me cojas de los talones y empieces a perseguirme por todo el recinto mortuorio. Ya te imaginas corriendo con siete años de muerta y yo con en mis cuarentas, con las boloñas vacías de tanto follarme a viejas richachonas y cachondas a las que además saco brillo a sus pitilleras de oro, desmoño su tabaco, preparo sus tragos y cuento algunos de sus mejores anécdotas. Ya me ves ahí, sentado en ese mueble francés de hace siglos, formidable, ebelto y rejuvenecido como nunca, mi cabello refulgiendo en la plenitud del ébano y mi piel lozana y fraganciosa de mujer y sus fluidos. Huelo a sexo, te acuerdas que nunca irías a trabajar oliendo a sexo e inventabas excusas para no coger tras la puerta principal. El Spok dormía detrás del muro de las arañas en el baño que me vio decrecer en tres años hacías las sombras y el silencio y lo peor, haberte perdido. Soy el mayordomo de las señoras Salmoas y Jaudé, ambas viudas, pudriéndose en dinero y viendo a menudo "La muerte le sienta bien", frescas y frías, en medio yo, encendiendo las pitilleras, recibiendo la ceniza, sirviendo los tragos, bebiendo y aspirando el riquísimo aroma de sus tetas enormes y sus vaginas doradas; las ventanas abiertas y entrando un airecillo que nos recuerda quiénes somos...
Yo estaba pensando en decirte para ver este domingo: "La muerte le sienta bien" jajaja.

Vieja amiga

En el colmo del patetismo decimos : https://www.youtube.com/watch?v=jjSVZWvBBVU
Pero como no importa, no es trascendente, no contribuye con el simple sostenimiento de la falsedad de una posible careta más ajustada a la irrealidad que pretendemos, que a la que quisiéramos; ahora, por otra parte está el asunto de lo que en verdad es, y entonces te pones a buscar canciones sugestivas, más cercanas con tus estúpidas obsesiones. 
Lo bueno es que termina pasando, como todo. Ahora te ves otra vez yéndote, pero el caso no es irse, sino intentar llegar a alguna parte, porque de lo contrario, uno da vueltas, camina en círculos, a ciegas. Tal vez el tipo de espiritualidad, la idiosincrasia, qué sé yo, cualquier cosa por hallar un punto entre los suspensivos de la modalidad en que nos enfrascamos vivencialmente.
Llegamos a escribir casi a la velocidad con que ideamos. Y eso qué?, miren, había una vez en la casa de Arturo Vildósola un cuadro, en realidad varios, pequeñas obras de arte impreciso pero no surreal, más bien visceral, como empuñaduras de espadas despojadas de tirón. Los restos del cerebro del hijo muerto por su propia mano hace seis meses. Un petardo, una explosión, una voz ensordeciendo. Ahora el padre se hace mierda la vida, con ímpetu y honestidad, sin miramientos. Es cuando la envidia se instaura en forma de bruma espesa moviéndose con laxitud, como una señora gorda arrastrándose hacia el refrigerador en pleno verano fatídico por haberse caído en el patio de su silla móvil. Arturo ha muerto. Le llamé como siempre y ya no estaba. Su hijo contesta y te dice tu signo. Mi signo, de qué hablamos, te dice: ha muerto, mi padre ha fallecido ayer. Ayer, cuando entrabas con Anne a hurtadillas a su habitación siendo casi la medianoche, empuñando botellas de ron y cigarrillos; adentro estabas Arturo con la mejor de las calmas, empuñando por tu parte el bastón de roble con empuñadura de níquel en forma de cabeza de hipogrifo. Nos dijimos los saludos, tú mencionaste lo avanzado de la hora, yo me puse a follar como conejo en una esquina del claustro. Tú comenzaste a reír con sinceridad, dando arcadas y torsiones monumentales. Tenía que prestártela, nos acomodamos recuerdas?, Tú debajo, ella encima, yo detrás de ella, y se va la luz. La luz no está y estamos los tres ahí, el cerebro del hijo nos ve, la pared late, respira. Como cuando comes y comes y sigues sintiendo insatisfacción, así a veces se torna follar, lo comentamos y reímos los tres, de cualquier forma estamos bien instalados ante la lluvia que resuena afuera, trajimos alcohol para pasar el rato y bueno, qué más cuentas querida amiga...

lunes, 4 de septiembre de 2017

VOLVERÁN A SALIR




Pequeñas ciudades, pequeñas vidas, pequeñas personas, metro sesenta y algo. Qué te sugiere todo eso, yo le pregunto esto porque verá, ayer caminaba rumbo a casa –el asunto de la casa debo abordarlo también, no debo olvidarlo- cuando me detengo en el semáforo que está a cuadra y media de mi destino. Las máquinas transcurren, se atascan, escupen personitas, se tragan a otras, yo veo todo esto con la mueca de ese orgullo pervertido a  fuerza de monomanía y asco. Iba a cruzar ya cuando levanto la vista por encima de los edificios, el cielo límpido, absorto en su amplitud. Me dice: debes matar, continúa haciéndolo, te dirán que te detengas, que cambies de ruta, que mudes de hábitos, y tú tendrás que seguir matando. La verdad solo le es reservada al asesino. Estuve pensando sobre todo esto y creo que ya tengo una sentencia: no me importa la verdad, no me importad dejar con vida lo que deba matar, no me importar matarme teniendo por qué vivir. No me importa nada, estoy al margen, no ansío la muerte más que una golosina, me mantengo firme, lejos, oyendo el rumor de la vida, el gemido de la muerte. Debo contaminarme más me digo, pero tampoco hace falta, lo mucho que lo hice me dura para rato, como tener quinientos billones de dólares y solo setenta miserables años para gastarlos.
Por eso, consulto con mi reloj de nube y lo reconozco, qué estoy haciendo detenido acá, yo un confeso y convicto nómada rumbo a la celda de la justicia humana, bordeando sus flancos, sus fronteras, provocando sus modos. Debo caminar siguiendo la estela invisible que me guía. La insignificancia y la sensación del absurdo, cómo se sobrelleva, cómo se le sobrevuela, las tengo colgando, susurran palabras para liberarlas, no quiero, las sujeto con más fuerza. Cuando duermo pienso en esos seres humanos con cierto atractivo llamados mujeres, y los añoro. Añoro esa cierta complicidad y sociedad que podría construirse con ellas. Luego me invade la pena porque veo un rostro inolvidable, y las fractales del resto asumen su imagen, se multiplican y me obligan a cerrar los ojos, darme vueltas en la cama, masturbarme viendo el retorcido cuadro de bodegón en la pared.
El señor Raúl no piensa venir, su maratón con la cerveza no termina. Es un ebrio consumado. Yo soy un muerto en vida, predica a sus vecinos. A los ojos de los vecinos sin embargo, soy su homosexual activo, o pasivo, intercambiable, los vecinos son hartos imaginativos, necesitamos reunir todo su potencial en una antología próxima llamada: Ficciones de quinta. Como sea, salgo a fumar al patio, echo el humo hacia sus habitaciones, una vez sale la señora ésta que anda sola y vive junto al matrimonio Matías y su mujer, y me mira fulminándome. Le saludo y vuelvo sobre mis pasos, todavía oigo su afanosa respiración, sus pasos intencionalmente fuertes, su batea de plástico siendo cargada hacia la azotea donde se sentará a fregar la ropa. Mediodía, tarde, noche; estoy en el espacio destinado al reservorio de agua, veo las estrellas, me cago de frío, veo siluetas al frente, veo estrellas móviles, pienso en el asteroide caído en el relato de mi amigo, la roca extraterrestre que luego de dos días de estar en la tierra, deja que un hongo brote de ella. Yo no sabía que podía hacerlo, pero lo hice: comamos ese hongo, le digo a mi amigo. No, espera, me dice, brota el hongo, es algo pardo, tiene una especie de vellosidad que lo hace desagradable a la vista, le han salido uñas en ciertas terminaciones, y aunque esto no me lo crean, la noche siguiente a ésa, la oímos cantar. Por eso la arrancamos y pisoteamos, destruimos la roca.
Qué hiciste qué, le increpo; es tarde me dice. Claro que es tarde, me largo, estúpidos humanos.
El señor Raúl es un pillo, a la señora Olivera por ejemplo, su ex suegra, le dice en cuanto se sienta y bebe su primer vaso lleno licor, que cómo está su hija, yo la he amado tanto, ¿usted lo sabe no? Fueron los mejores once años de mi vida, pero cómo es no, que todo se acaba, yo ya no creo en el amor, ni en los extraterrestres ni en Dios ni mucho menos en el ser humano, todos me han fallado. Mi condición actual es simple: aborrezco la vida. Pero no nos entristezcamos por eso, mejor sigamos bebiendo. Sigamos la paz que nunca viene, como dice la canción que siempre olvido de quién es.
Pepe lo mira, Pepe era el hijo de la ex mujer del señor Raúl, Pepe lo odia. Ayer no más, cuando salió a destilar el alcohol de la víspera montando tabla en el parque, conoció a un muchacho que no tendría más de veintidós, pero que de algún modo tenía treinta, asunto incomprensible, si se ven las cosas con objetividad, él tiene veinticinco, luce de cuarenta, la vida que he llevado se dice a sí mismo. Ha sido según él campeón de skate en Chile, ha viajado como sanputa, ahora tiene una hija, la ama más que a nada en la vida. Ésas son patrañas, le objeta el joven rejuvenecido. Cómo que patrañas, amo a mi hija. No amas a nadie más que a ti mismo, y por eso te odias también. Lo dijo, lo ha vuelto a decir. El joven tiene que marcharse, caminar solo sosteniendo el instrumento que sabe toca mediocremente. Al rato ofrecerá el instrumento a otro individuo auto engañándose a diario con la idea de ser músico. Tal vez podría ser mejor librero que guitarrista, se dice el joven mientras camina doblando la esquina. Pepe se queda en el cuarto, sube el volumen de la música, no ve a nadie alrededor, ni siquiera las siluetas que habitan el espacio de la memoria. Llora, ama a su hija y llora, sigue pensando en lo grande que fue, tiene cara de cuarenta y ahora qué hará. Se acuesta, son las nueve de la mañana, ha destruido el curso de un talento y confirmado la inutilidad de su vida. Le han vencido y solo se ha llevado a uno.
El otro ya no cuenta con el instrumento, ahora sostiene más licor que irá a beber a la sombra de la habitación de Raúl, aguardando su llegada tambaleante y lamentable. Ambos caerán dormidos, uno en el sillón y el otro en la cama con dosel y todo. Transcurrirá la noche, se hará el día. Y volverán a salir…


domingo, 3 de septiembre de 2017

Voy a desintegrarme caminando, subiendo y bajando de vehículos en movimiento. La insignificancia me fulmina, me urge. Hay altas montañas que veo con aquello de lo que habla John Maxwell, insondable belleza. Hijo mío, perdóname, ¿nos dormimos?

sábado, 2 de septiembre de 2017

Solía decir muchas cosas alrededor de lo mismo, solía ver en las canciones colores de esperanza, esperanza de rehacer mi vida...hoy comprendo..no hay nada que hrehacer...la destrucción es inmanente. Vender lo único que creías te definía singularmente te reafirma...hace rato hablabas de reafirmarse...no de afirmarse, ya sabes, que es lo mismo que andar dando definiciones de uno mismo como predica, como mandato. Le decía al tío Bob: me da lo mismo que desvirtúes mi interpretación musical, en sí me da una especie de revanchismo inverso que me hace decir que bueno, al final, también eso me llegaba al pincho.....Estoy retorcido...las consecuencias de tus decisiones, me dicen, les digo. 

Sin embargo sigo escuchando algunas cosas, algunos pensamientos, sigo pensando que hay algo especial en mí, en todos, algo tan preciado que te permite soñar con un día mejor, con una vida mejor. Yo ansío otras cosas, me reafirmo, estuve rodeado de objetos, pero era más feliz cuando podía abrazar a alguien, cuando podía reclinar mi cabeza en el hombro de otro ser humano, yo creo que era mucho mejor en quel entonces, mejor en qué sentido, mejor como yo, o sea, podía estar tranquilo conmigo mismo más tiempo...ahora en cambio, me odio, daría lo que fuera por silenciarme, daría lo que fuera, pero no tengo ya nada que dar...