lunes, 18 de septiembre de 2017

Feliz


No por gustar de leer ciertas novelas, o escuchar con más atención cierto tipo de música, el hombre se hace escritor o músico. Han pasado quince años desd entonces, o sea desde que Jorgen oyó su primer disco apasionante y leyó su primera novela que le forzó a sentarse a tratar de escribir algo en retribución. Hoy, con cientos de canciones y escritos, se da cuenta que no es nada respecto de lo que leyó y oyó, y eso es bueno, las jerarquías, piensa él, pues es el orden natural de las cosas. Como sea, durante la víspera conoció a un verdadero poeta que le dijo que ninguna patraña actitudinal llenaría el ampuloso espacio que deja un talento nato. Jorgen rió, refutó, trato de hacer sentar su posición. Peor al final, tuvo que aceptarlo, él no era un dotado por el arte, él solo era un espectador, un lector, un melómano, esto lo entristeció en algo, pero luego se regocijó, pues ya no tenía esa virulenta responsabilidad de tener que hacer algo, lo que sea, en materia de arte mientras se espera la muerte, y por fin se liberó de ese tormento, volvió a oír el mismo disco de hace tres lustros y el mismo libro también, y fue completamente feliz.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario