lunes, 11 de septiembre de 2017

Trabajar

Los We all together, íconos en algunas partes de Chile, no hay fronteras, no deberìa ni siquiera imaginarse que las hay. Han sido dos días en sumo extraños. Son brillantes composiciones buen Kevin, y déjame decirte que tu canción Imprecaciones presuicidas, me fascina, es avasallador, salvaje y rockandrollero, felicitaciones. Dos días de reclamar lo mismo a la misma persona, reclamarle cómo es que sucedió lo de dejarme de amar. Ahora te comprendo querida, nadie podría haber amado a un tipo tan bajo como yo, tan envilecido por estupideces, tan sumido en el conformismo. No quiero más de esta vida que pasarla a tu lado, comiendo mandarinas y viendo series, durmiendo y despertando con el niño al medio, cocinaré para ti anchoas en salsa de tomates, dejaré la luz encendida para que nunca tropieces al dirigirte al baño. Te daré las gracias incluso cuando simplemente nos despertemos, te diré hola mi amor, gracias por esta vida, gracias por el niño, gracias por existir. Pero claro, seguramente deberé tan solo pensarlo, que están mejor sin mí, así no Kevin, así todo irresponsable, incapaz de sostener o volver a hacerlo, una promesa, un compromiso inclusive firmado, así para quién querido Kevin, para nadie, a nadie te lo garantizo, pierdes tu tiempo yéndote a cualquier parte, no interesa que ahora oigas Los mads, esa bandaza de Lince que  casi la hizo en los setentas en Inglaterra, el baterista es sensacional, ya lo dije, pero tú lo sabes más. Estuve pensando en ese dragón azul, nunca voy a olvidarlo, de eso ni quepa dudas. Como a ti, ya sè, como a mí, como a todas las personas que has perdido y que pretendes recuperar o conservar. Atesoro personas, te digo. Como sea, iremos a las una a descargar javas de huevo, unas mil quinientas, de once kilos cada una y bajarlas de a dos. Más tarde caminaremos rumbo al grifo Conmebol en post del niño. Ah, ese niño es una ternura, es un galán y un tipazo, por él iremos, comeremos pillito!, y luego hamburguesas para tres, a tu madre le entregas tú hijo mío, pero dile que especial, espacial cómo?, nada, olvídalo, olvídala tú papá, no escuchas lo que ella te dice: se acabó, solo retomemos y afiancemos los lazos fraternos en aras del bien del niño. Solo eso, nada más, bueno, ocasionalmente, una que otra mirada de soslayo, un deseo compartido, un bienestar mutuo, para todo eso por supuesto, tengo que trabajar y estudiar, debo enseñar lo que me gusta, la literatura, debo terminar esa carrera, pronto hijo mìo, lo voy a hacer, estoy cansado y no tan contento de mí mismo, aún así, leemos a César Miró, El tiempo de la tarántula, y John lange, y John Maxwell. La mía es una extraña forma del desasosiego anclado en deseos altruistas, atado además por callos de antaño, y ese lastre de heridas corrugadas y todavía sangrantes de cuando rompía en llanto ante la partida de madre o la consabida ausencia del padre..Bah, mañana ir donde Lobito y trabajar en su taller hasta el fin de semana, cuando por fin alquilaré una habitación buena y empezaremos con nuestro proyecto de vida, estudiar, un cartón, ser el mejor en ello, beber agua caliente en taza de loza los domingos para menguar la cefalea consecuencia del sábado por la noche...


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