viernes, 10 de noviembre de 2017

Un beso y te hablo luego

Te cuento mujer, te sigo amando, lo sé, lo siento, me encapricho, mis pezuñas adheridas a la roca, eres la escarpada colina, yo la piedra, como sea, te tengo algunas consideraciones, algunas reflexiones, algunas palabras:

Había un par de chilenos en el puerto, eran de la misma ciudad, viajaron desde Valpo hasta Puerto Maldonado hace tres años, no pueden salir, están atrapados en la comodidad de la demencia progresiva, pescando y lanzando machetes al aire en medio de la madrugada. Yo estaba con ellos, los viví varios días, me contextualizé y desaparecí, ya sabes, por el video de Kramm pidiéndome que vuelva, yo sé que hemos muertos ambos, que nuestra cofradía se disolvió sin más, pero todavía sostengo el hilo de mi lado, tú ya dejaste ir, la corriente de la vida se llevó ese nexo, tú esto yo el otro, tú me cagas , yo no, míranos, el niños nos necesita juntos, lo sabes, pero no, nadie cede, yo no me rindo mujer, yo no claudico, yo me rebelo y muero rebelado, no me amilano, no me arrebujo, ataco, ofendo, cago. Por eso estoy solo, por eso terminaré como Colón, no lo sé, pero de algo estoy seguro, la certeza de la firmeza inquebrantable que sea mi epitafio, y después, cuando vuelva, si es que sucede, desdibujaré mis recuerdos con nuevas imágenes de personas tendidas en la playa, de personas acariciando mi rostro y cabello, de personas abrazándome y diciendo en silencio: te quiero, nunca te vayas. Entonces me iré, sin duda, así soy yo, no quiero cambiar. No me aceptas, no te conviene, no te resultó conveniente como para aceptarlo, bien, acá estamos otra vez, yo ya no te llamaré, ya no me importas aun cuando sabes que muero por ti, sé que andando nunca daré contigo, y eso es reconfortante, pues si me fijo, me haces daño materializada, en cambio, si te concibo solamente en el cénit de mi imaginación, te amo más que nunca, pero ambos sabemos que al vernos se cae toda esa levitación de ideas, la magia se atasca y atraganta y termina vomitándonos como somos... De cualquier modo, te seguiré imaginando, hoy estoy un poco molesto contigo amor mío, la delgada silueta de las ideas que te recomponen se colaron por mi desanimo y me hacen una especie de reproche en forma de flojera y típica resignación que la verdad quiero dejar atrás, por eso, mientras tanto oigo a Robert Randolph...un beso, ya te hablo luego.

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