viernes, 18 de noviembre de 2016

Al rato



Trato de decirte que no lo hagas, diciéndote que lo hagas. Ah, tanto daño te dije, como quieras me dices. Bueno, me hundo un buen rato en dimensiones menores y al rato salgo desnudo y chamuscado, refrito en tristeza y decepción, pero vivo. Pongo Jack Johnson y trato de silbar, toda mi puta vida de recuerdos seleccionados de los mejores álbumes, los malos incinerados en largas y tétricas noches desiertas, sepultados detrás de un árbol, entre huesos de pollo y gatos. Todo lo que hice hasta ahora, parasitar, componer canciones, destruir vidas, construir universos pequeños, llorar, añorar, fantasear, caminar, erguirme, levantarme, soñar y ensoñar, desear, apreciar, analizar. Y ahora esto, aceptar, asimilar un nuevo final y su inicio. Todavía no veo la luz de este túnel, pero sé que está próxima. Confío y sonrío mientras puedo controlar mis emociones, al rato me vacío y pataleo. 

martes, 15 de noviembre de 2016

Nadie nos recuerda

Nos resultaba tan difícil existir en el universo virtual. No lo íbamos a lograr, así publicáramos degollaciones o estupros en vivo y en directo. De cualquier forma solo nos quedaban cinco minutos, sonaba Foals y Alabam,a shakes, divertido, llenando de entusiasmo el mundo. El sol como siempre, una mierda de púas de oro incrustándose en la nuca. Iríamos pronto hacia las catacumbas de los Wari, a beber de la poza milenaria, nos dijeron que nos volveríamos poderosos como lagartos de piedra y fundidos en fuego. Ahí vamos, no nos inquieta el peligro, ya para qué, caminamos, la cara se nos cae a pedazos por el sol, nos rajamos como la arcilla seca. Llamamos a la piedra, una roca enorme que hace de puerta, oímos que suben las gradas, las sandalias suenan a mojadas, el aire sabe a humo,, hay ramas secas en forma de muñequitos vudú en las junturas de las piedras. Abren. Entramos, nadie nos recuerda afuera, ni adentro; nunca estuvimos, fuimos simples pesadillas y demonios invisibles. 

lunes, 14 de noviembre de 2016

Nueva consigna


La rata muere de vieja, regenta el bar y los clientes cambian como las olas del mar. El crucero se cae a pedazos, un hombre pasa cerca, aferrado a un leño, ve siluetas en el bar, recuerda mejores épocas para él, consigue llorar y lamer sus lágrimas mientras un poco de agua de mar inunda su lengua tumefacta, al rato se ahoga. La rata muere.

Y con todo esto uno ha de seguir necesitando, que me parchen, que me lancen, que me mimen, que me idolatren, que me diviertan, que me asesinen. Todos alrededor me dicen ya para qué, o, por qué así, yo sigo pensando en nada, en la línea limítrofe entre ser y estar en nada. Hubieron noches como las de anoche en las que parecía todo volver a la normalidad, ya saben, la cama y los cuerpos repantigados encima, sudorosos y complacidos, tazas de café frío y panes con queso, una película de Polanski y canciones subtituladas en mudo de Sui generis, pero ya no hay más, y si supiera que volverán a haber, paso, me llegan al pincho porque al fin y al cabo la nueva consigna sigue siendo tan vieja como esta:



MI VIDA ES IMPORTANTE;
PERO EL OBJETIVO LO ES MÁS.

AL PINCHO CON TODO.

martes, 8 de noviembre de 2016


Alguna vez el animal rompió a llorar extendiendo las patas delanteras al cielo durante una tormenta de polvo y granizo. Por aquellos días solía pasar el tiempo pensando en estupideces, en si aquella hembra sería exquisita o si esta otra lo engañaría al primer desacato de sus normal, o la anterior que tratando de retomar su relación hacía cosas que le generaban a él el deseo exactamente contrario de hacerlo. Y haciéndose mierda la salud pensando en estas nimiedades, asomó a los treinta años, meses antes de partir hacia altamar. 

Solía pensar que extendiendo las patas delanteras obtenía poder del firmamento, solía creer en Judaspriest como si fueran dioses,y tal vez lo eran, pero ahora no podía creer lo que veía, una rata hembra de pelaje índigo, lamiéndose los genitales con los ojos cerrados, despreocupada, junto a la barra, al extremo opuesto de donde él se encontraba. Iría por ella, claro que sí.

Día 02


Mike se ha instalado en la cocina y prepara deliciosos potajes para ebrios y prostitutas, le gusta verlos comer, masticar sin cerrar la boca, esparcir migajas por el suelo, carraspear sin recato y eructar sin disimulo. Ama su trabajo, pero empieza a llegarle al pincho, por eso recuerda cómo es que llegó ahí hace años, cuando todavía no tenía treinta, impelido por impulsos propios del fin de su primera juventud. Recordó la ciudad portuaria donde vivía en compañía la peste bubónica y el cáncer de mamas, a sus amigos sin pelaje y a humanos raros que los alimentaban diciendo que eran dioses; sin embargo no pudo evitar recordar a quien amó más allá de la cordura, y sin preverlo derrramó dos gruesas lagrimas que casi lo ahogan. 

Imagina una cama de plásticos y basura diversa retaceada por mis dientes, y tú y yo en medio, trenzados, copulando y durmiendo, despertando y volviendo a copular. Luego piensa que me voy un rato al centro en busca de comida y que no vuelvo en dos días pues la alcantarilla trajo consigo demasiados residuos de hospital, lo cual sabes que nos envilece y envicia al punto de olvidarnos quiénes somos o adónde íbamos. Después mírate, dando ultimatums tras ultimatums, como si fueras la rata mística de las leyendas, la rata cuya descendencia elevaría al trono de la tierra a nuestra especie. Y enseguida mírame ante ti, rogándote, cayendo de rodillas, solo por atravesarte una vez más, qué me hiciste maldita rata asquerosa, qué te hice yo. Nada, supongo que nada, pues al rato me fui y me embarqué en la mayor aventura de mi vida hasta ahora. Y aun cuando se te extrañe no serás tú a quien vuelva a amar, jamás, y con rabia justificada, pues ya para qué, acá lo tengo tengo todo, y nada también y en la misma medida.

Mike seca sus ojos y vuelve a lo suyo, guisar, cortar, roer, servir. Suena Let me down easy de Humo líquido, él lo sabe y se siente valiente, confiado, escupe el recuerdo de la rata asquerosa que amó y le da un gran mordisco a la pata de la cigarra que se duerme de borracha empinando en el codo. Pelean, ríen, viven.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Bitácora de una rata en ascensión a capitán


Siete de noviembre de 2016

He aquí un barco a la deriva, surcando páramos fantasmales de desolación y esquizofrenia. Y he allí, entre los restos de hombres y animales, una rata solitaria, fisgoneando por pasillos y camarotes desiertos, buscando algo que comer no solo en la basura de siempre. Darle un nombre, como a todo, ese es el hombre, Mike se llama, le dice el hombre que lo ensueña, que lo vislumbra en su imaginación. Mike está cansado de caminar y trotar, saltar y zambullirse, tiene hambre y casi flota de lo flaco que está. Mike tararea canciones de antaño y sus bigotes rozan el suelo tanteando el terreno. Mike ve a lo lejos un agujero (el barco en realidad fue un crucero trasatlántico), corre presuroso y entra. Hay un montón de seres yendo de aquí para allá y acullá, con platos y cervezas, entre bullicio y hedor de comestible. Mike sonríe, lo ha conseguido, el restobar se llama "Gutter" y Mike se ofrece de lavaplatos. Mike come luego de cien días de roer la madera. ¡Bravo Mike!

viernes, 4 de noviembre de 2016

Mil pedazos



Quisiera que estés junto a mí, diciéndome las cosas que no puedo decirlas así nada más, estoy aturdido por los pensamientos referidos  ami enfermedad, me duele el cuerpo de pensar que no tengo salida, que solo podré recuperarme internándome. Por qué diablos no pude vencer esto nada mas entrando, por qué tuve que seguir insistiendo hasta agotarlo todo, no entiendo algunas cosas, creo que hubieron momentos en los que parecía todo esto una aventura desaforada de la que saldría airoso y triunfante para escribir algo al respecto, en cambio ahora hay esto, sentarse a escribir lo que pudiste haberles dicho de cara a cara a tus seres amados. Cómo haré para recuperar la voluntad, cómo haré para ver con esperanza la vida, digo, ojalá podría preguntártelo mi amor, y oír de ti las respuestas mediante susurros cálidos que calienten mis orejas. Anoche soñé algo sumamente horripilante, había una enorme araña migala caminando entre las piedras de las ruinas de un lavadero, había una chiquilla a la que se caía el sostén y pasaba sus manos por su torso buscándolos. Dijimos cosas, traté de ver rostros, no pude como siempre, desperté y eran las tres de la mañana, rasgaban las paredes, chocaban la piel haciéndola chasquear, eso me hería, salí apresurado, vi el cielo oscuro, y las siluetas de los muros, el pavor era a estas alturas, aturdimiento habitual, le dije al gato: corre animal, no hay nada que comer, estamos arruinados. Después volví a llorar, abracé la piedra de moler una vez más, en su frialdad sentí la textura de la muerte, me resignaba como queriendo volver a intentarlo. Me sentí fragmentariamente enamorado del recuerdo de su cuerpo, de su aroma, la deseé, como siempre también, pero la había perdido, no estaban sino sus ecos impregnados en las telas, en el piso, en los muebles. Respiré hondo, quise ponerme de pie, no pude, algo me sujetaba con fuerza. Me retorcí en la cama hasta que fueron casi las doce del día, el hambre me era indiferente, solo el vacío estómago corrugado hacía ciertos ruidos de rato en rato, uno veía por las rendijas, a la gente, a los perros, uno veía a la hormiga caminando por la ropa tendida, uno veía al viento y nada sentía, la noche era inmensa, larga, oscura como nunca, uno presentía la fatalidad, estaba tal vez siendo demasiado caricaturista de mi tragedia, empeorando lo inmejorable, haciendo cuadritos y pedazos dispersos los colores de mi ser. Volví a llorar, esta vez gimiendo escandalosamente, en la televisión decían algo sobre el presidente y Bolivia, vi sus ternos, imaginé sus casas, sus infancias, me sentí marginal, otra vez, recordé mis primeros pasos separado de mi madre, la añoré con dolor, vi incendios provocados por mi mano, y luego la frialdad de la hoja de acero en mi cuello, a mis cinco añitos, qué había sucedido conmigo, realmente quise volar en mil pedazos. Y tal vez lo haría, no había remedio, la necedad de la parte psicológica de mi enfermedad era crónica, insalvable.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

El mundo


Al cabo de una semana de ir andando como loco en busca de un ser humano que me aplaque todo el dolor que mi ser segregaba a causa de una estúpida enfermedad de la que ahora voy recuperándome, recuerdo a mi buen amigo diciendo: Qué signo es?, leo, le dije, ah ya, cualquier momento prepárate para recibir el zarpazo y ser el almuerzo de ella. Punto. Yo la víctima, ella lo es, según ella claro, yo el victimario y todo ese vacío, ese desamparo, todas esas cosas de las que ahora vivo tratando de alcanzar el recuerdo palpable. El miedo, la impaciencia, ya basta me digo, hoy se acaba, quiero decir más cosas pero ya no quiero, ya para qué... Desisto de esto, ahora voy a recibir a un nuevo ser, sé que anda por estas mismas calles, la veré, nos veremos y seremos unidad hacia el infinito, uno contra el mundo, uno hecho de mil, contra y a favor, eh aquí el mundo que gesto...

Aquí bajo


Yo no sé cuán débil es mi mente, bueno, ya lo voy sabiendo, me imagino metiéndome a trabajar en cualquier cosa para restablecerme, para demostrarle a quienes me dan por vencido, que todavía existo, que estoy aquí, que respiro y siento, pero nada, no logro resistir al mundo, a su normal quietud, su tan apacible aceptarlo todo tal y como viene, para seguir simplemente sobreviviendo. Te digo algo, ya no tengo fuerzas para seguir haciéndome al huevón.
Te mataría a golpes, debí haberlo hecho cuando ofendiste mi entrega, mi pasión a esta carrera que ya veo, doy por perdida, la literatura y las palabras no me sirvieron más que para alejar a todos lo que decían quererme, y ahora soy un prueba andante y latente de ese sentir vano, esa sensación de tedio y odio, tristeza y corrupción que invade mi alma. Aquí te dejo vida mía, aquí bajo yo.

VAMOS


Mi muy amada humanidad:

Tengo que hacer esto, es cuestión de vida o muerte. Ahora que la gente es nadie y nadie es mi cualidad primigenia y profunda, ellos nadie, yo nadie, queda escribir para todos nosotros, los nadie. 
Se me hizo infernal pensar de ayer para hoy en ya sabes, imaginarla yéndose sin ninguna lágrima por lo nuestro, me hiere, todavía creo que las palabras en representación de ciertas emociones, valen más que cualquier carro de última generación, digo esto con la convicción de quien ayer mientras caminaba por calles nada diferentes a cualquier otra en la serranía peruana, decía cosas como:

Cuando quieras, cuando necesites y cuando no, cuando solo inclines la cabeza, seré el hombro en el que te mezas, seré el aliento en que ahogues el desaliento. Te diré cosas que te hagan reír mientras llores, te diré ya basta cuando no pares y seré quien tome la posta de tu aceleración, recibiré la potencia del veneno con gusto, seré tu almohada en la piedra que ensueñas, seré el calor en la frigidez de la tristeza. Y cuando todos se hayan marchado de tu vida por algún asunto con la soledad o la marginalidad, yo estaré para ti en cada rayo de luz, en cada atisbo de esperanza, en cada canto de las aves, en todas partes, solo dirás, ven, aquí estoy, y estaré para ti.


 Y no sé mañana, no sé lo que sienta, seguiré pensando en el mar como un bálsamo, una especia, y trataré de soñar con él, trataré de estar en más movimiento que ayer, sudaré la tristeza, ahí vamos.


jueves, 27 de octubre de 2016

Lo que venga



¿No sabíamos con quién nos metíamos? Sí sabíamos, lo que sucede es que hubo un embrujo que hace a las personas ciegas de ver lo obvio entre ellos. Yo vivía en fantasías, ahora estoy sumergido en ellas, aplacadas las ansias, el remordimiento, el pesar de seguir estancado en este pantano. A todo esto dos niños, uno que amo casi en forma ideal y otro que está junto a mí, en representación exclusiva de todo lo que ahora me detesta y aborrece. Tener planes inmediatos de fugas, sueños más bien, como en la novela de King, como en la novela de Kevin, sobre irse más y más adentro de la tierra, del mundo, escribir sobre hombres topo, sobre gatófagos, escribir sobre incubus, sobre demonios y venganza, desaforo, desconfianza, y estar siempre arrecho como si nunca hubiese follado con nadie. Trato de comprenderme, pero ya para qué, hay personas incomprensibles, eso veo, eso vivo, a eso huelo. No sé si estoy despierto o solo vivo el sueño más extraño de todos, lo cierto es que me mueve el fuero interno, las ganas de correr a bicicleta rumbo al río o al mar y quedarme en la orilla esperando la puesta de sol conversando con alguien sobre la banalidad de nuestros cuerpos, la insistencia del tiempo y la persistencia del amor al desamor. Yo tuve una época buena, o no lo sé, recuerdo buenos sueños, personas excelentes, mujeres hermosas a las que nunca dirigí más de una mirada de soslayo, o a lo mejor lo vi todo al revés, probablemente siempre tuve los ojos cerrados, es innegable que veo solo que quiero ver, el resto lo percibo como efímeras pestes que tengo que esquivar.

Y aquí estoy, junto a mis palabras, necesitando un trago tanto como algunos necesitan la certeza y seguridad sobre alguien. Yo necesito un trago, hoy necesito uno, para aplacar mi defraudada esperanza en mí y en quienes me rodean hoy por hoy. Te "perdí", cómo es que sucedió eso si yo te encontré estando perdido, ¿acaso el perdido puede encontrar algo?, ¿acaso puede conservar algo?, nunca estuve en realidad, solo fui un instante, un tiempo impreciso que se acabó y ahora el cuerpo se aferra a la mediocridad de dormir, levantarse, dormir, levantarse, postergando sueños y empresas tan ajenas a ustedes que a estas alturas me siento como un paria o menos que eso, una lacra dirán, un cobarde poco hombre etc etc. Lo cierto es que en mí somos siglos de insistir con lo mismo, la resistencia del espíritu basados en la necedad respecto de seguir resistiendo, a todo y a todos. Dije que los enterraré, ya no, entiérrense solos, yo danzaré un rato más sobre esta bola que gira en torno al sol, soy un vagabundo jugando al hombre de familia, y ya me aburrió el juego y el juego se aburrió de mí, cambio de papeles, de integrantes, de puestas en escena, en fin, lo que venga.

miércoles, 12 de octubre de 2016

00.00000 (me sorprende tu capacidad de poner títulos, querido Krammer)




De ahí que asimilarse del todo al sujeto A, termina haciendo del sujeto B un completo amasijo de emociones tortuosas, fantasías hirientes y todo eso. Por eso ambos deciden ignorase, o en todo caso restarse importancia, control, preocupación, palabra. Y las cosas que de todas formas tienen que decirse, un comentario al aire, sin miradas ni escucha atenta, total, ya no hay nada que puedan decirse ambos, que sea importante para ninguno. A todo esto canciones por montones, como orillas de playas que discurren de polo a polo, y por el otro lado, tranquilidad, nada de controversias literarias o referidas a la locura y el dolor de la desolación, dormir en paz como practicando para morir, y seguir viviendo como si nada. Pero el sujeto C se dio cuenta de este acuerdo en desacuerdo y protestó como solo sabe hacerlo él, tirando las cosas y gritando como un cerdo en degollamiento. De manera que la estrategia de llevarse en paz basados en la indiferencia no resultó bien para ninguno. 

SUJETO A

Escucha, hablemos en honor a un instante bello de nuestro pasado.

SUJETO B

Dime

SUJETO C (sonriendo)

tibitaba?

SUJETO A, B Y C

jajajajajjaja


miércoles, 28 de septiembre de 2016

Maldito seas crápula


Como aquella vez que les vendiste tu resumen literario en forma de guión teatral al idiota que ahora lleva adelante las relaciones institucionales del municipio donde naciste, exactamente como aquella vez, hoy lo vuelves a hacer, pero ahora se trata de un verdadero guión que he de crear y adaptar para el cine. Ya no tengo miedo, en realidad anulé esa emoción de mi ser, y aunque mi mente se invente miedo a base de químicos, ambos sabemos que no nos hace falta, entonces sin miedo hago el guión, el síndrome de la página en blanco ya saben que asalta de vez en cuando, pero uno la enfrenta con otro síndrome: la de la primera cerveza a mediodía, y así entre vacío de palabras y medio ebrio pones la primera letra y dejas volar el resto. Hoy toca hacer el desayuno de la familia de la película y los presentimientos del hombre de la casa, fatales presagios sobre la segunda venida de satanás a cobrar lo suyo, recuerda que el  hombre dijo Lo que sea, y también que el cerro condicionó el hallazgo del tesoro, de modo que...
Te faltan botellas y maceteros para llenar de tierra y semillas de marihuana tu vida, tus espacios huecos, ya viste que la legalizarán y entonces tendrás que vencer la manía tuya de pasarte las mañanas sin hacer nada y solo desear estar muerto, aun cuando poniendo en internet porno y en el reproductor de música reggae, ya lo estás. Tendrás que despertar tempranísimo y salir a correr la manzana con tu mujer, besarla apasionadamente ante de despedirla al trabajo, cocinarle deliciosos spaguettis y luego sentarte a esperar la llegada del agua bebiendo tu cerveza, pensando en Morgan, en su figura de niño sentado en un salón de clases, cerca de un niño al que odia y desearía incrustarle el lapicero en el ojo, pero que teme más que a la noche, más que a la incomprensible realidad de tener que contestar el teléfono de vez en cuando a un tal Kevin que se dice su padre, pero que nunca vuelve y si alguna vez vino ya casi lo olvido. Odiamos el rap y el hip hop, que si tienen buenas letras?, pues claro, pero la música es crápula. Como el imbécil que pretendió someterme con sus puños, acaso no supo que nadie que no sea un idiota como él, se somete de esa forma, podrá molerme a golpes pero siempre sentiré por él lo que siento por una cucaracha, tal vez piense que respetaré su cagada de ser en base a su imposición física, ya verás que no, además esto no ha terminado para nadie, solo espera y verás, hay gente dispuesta a matar por mí, a ensuciarse las manos con la mierda de ser de algunos, uno de ellos lleva a nazca tatuado en el cuerpo y ya te busca pequeño bastardo, ignorante panadero,jajaja, como te llaman según tú, tus mujeres, las que follaste cobardemente, aprovechándote de ellas en sus estados etílicos, hijo de puta que nunca logra enamorar a ninguna mujer, ni siquiera a esa bazofia que tiene ahora y que desearía que fuera yo y no tú, quien le hablara al teléfono, a quien viera cada que despierta los lunes para darse ánimos y seguir con la vida, y no a ti, pedazo de mierda, concentrado en tu estupidez de seguir vivo solamente, de no leer un puto libro o de dejar de oir rata mierda, qué gracioso es todo esto, y luego luego, uno ya sabe de dónde viene todo tu drama traumático, tu puta madre tras del alcohólico de tu padre, haciéndole escándalos bochornosos por todos los bares de la ciudad, mientras ustedes venían en camino a repetir la historia con cualquier mujercilla, y al final estarán tan solos una vez que muera la señora que los parió y el imbécil que los engendró, llorarán sangre a la sombra de un pacay seco, un domingo en el que pierdan hasta los dientes peleando contra los espectros de kevin, que para entonces gozará de una buena dosis de crack y champignones en Francia, cerca de la familia de su hijo, quien regentará una corporación tan millonaria como él con sus libros y el arte y las drogas y el alcohol. Entonces, aun entonces pronunciarás mi nombre maldito crápula, te lo aseguro, y al envidia será para entonces como un cogollo en tu garganta que te producirá cáncer, pero siendo tan tarde para seguir vivo, morirás esa misma noche atorado y cagándote en tus pantalones, a tu hermano el cabro le darás asco, como siempre, y se largará de una vez a retomar su vida, y ahí tye quedarás maldita cagada, pudriéndote lleno de moscas.  Mientras yo exhale una nube de droga y te maldiga una vez más.

domingo, 7 de agosto de 2016

Necesito

De esos domingos que todo te parece despreciable y aborrecible. Síntomas de la infección mental, he aquí lo que más puedes detestar, tú mismo en un día en apariencia normal y tibio. Vas a estallar de seguir sentado frente a la computadora viendo cómo otros se van a la mierda, o se fueron, ayer, anoche y hasta hace unas horas. Qué envidia, la desolación y el receptáculo de espectáculo que ahora eres y ya no la máquina de actuar, da pena, una constante sensación de haber fracasado a todo dar, en todo sentido. Qué asco de sentir, la náusea de sartre sobre el vivir y el no querer seguir haciéndolo. Necesito una guerra real, alguien a quien trata de matar o a quien entregarse intentándolo, o un cataclismo que me obligue a buscar cigarrillos en las montañas de cadáveres de los que me alimente en cualquier momento y lugar.

miércoles, 27 de julio de 2016

Bullshit in love

La droga, la droga, la puta droga, hoy nada que tenga que ver contigo. En lugar de ello tengo que sostener ciertas afirmaciones respecto una de las tantas posibilidades que hubieran sucedido si por aquel entonces, cuando mi vida se encontraba en el umbral entre lo que ahora es y lo que pudo ser. Se apellidaba Bogo y era si no mal recuerdo, bellísima, espigada, esbelta y alegre, sobretodo lo último, su nombre no me dice nada, nunca lo hizo; yo estaba mirando por la baranda cómo los jóvenes eran jóvenes, yo ya estaba envejecido incluso en ese entonces, recuerdo que observaba con atención a una nena en particular que llevaba el cabello suelto y rizado y que tampoco paraba de mirarme, entonces alguien se acerca por detrás y me toca con un dedo sobre los riñones, doy la vuelta, era ella, me dice hola, estamos en el mismo aula, para qué carrera te preparas, para la final, la definitiva, pienso, la muerte, quise decirle, pero no, literatura, le digo y en lugar de agregar, ¿y tú?, bajo la mirada. Siempre fui un completo imbécil con las nenas que me gustaban demasiado, ella era una de ellas, tal vez a la que menos pude llegar, pero bueno, ella recoge mi mentón con uno de sus largos dedos y me dice, qué pasa, por qué estás triste, no estoy triste, le digo, sí lo estaba, para qué mentir, me atormentaba mi vida, la miseria, la ausencia de papá, mi carácter taciturno, mi ciudad mediocre, mi adicción consolidándose, etc. Mira, te vi escribir, me dice, y sabes, yo también lo hago, pero no como tú, vi que no parabas de hacerlo en todo el día. Por aquel entonces escribía como loco todas mis fantasía adolescentes, llenaba cuadernos enteros en solo una mañana, acababa la tinta de varios lapiceros antes de la salida, pero seamos honestos, nada de lo que aquella vez escribí valdría la pena tener ahora, era pura basura de adolescente, fantasías sobre mujeres que me amaban y por las que yo hacía cosas extraordinarias. Yo escribo mi diario, me dijo, hablo sobre las clases, incluso sobre ti, cómo te llamas, acompáñame al paradero de buses a la salida qué dices. De acuerdo, estuve muy de acuerdo, entramos al aula, la vi dirigirse a su carpeta y abrir su diario y escribir. De cuando en cuando volvía la mirada y yo pegado en ella. Que si me enamoré, era lo más seguro, la acompañé como quedamos y nunca la volví a ver, se cambió de carrera, de preparatoria, de vida. Hoy, dos décadas después, vi fotografía suyas, es ciertamente hermosa, más de lo que puedo soportar seguir viendo. Demasiado para mis ojos, debo seguir con mi vida hasta donde alcance. Bullshit motherfucker.

lunes, 4 de julio de 2016

OX1

Era uno de esos días en los que te parece haber destruido más de la cuenta tu cerebro. Lo sabes por tus modos torpes en el trato con la gente, por tu incapacidad para transmitir una inquietud, y tu amago de tedio habitual. Me pregunto ahora cómo se me ocurrió destruir mi cerebro a modo de deporte apasionado. Nada, no me digo ni mierda, sospecho que fue una estupidez, aunque todavía me complace la idea de resistir en esta contienda creyendo que no me afectó de sobremanera. Como me dijeron una vez, tal vez tú ya estás muerto y no te das cuenta. Tal vez, ahora sí sé que tal vez.
Lo bueno de todo esto es que uno no siente la degeneración tal como sucede, me explico mejor, uno no sabe que está degenerando hasta que ya lo hizo, y es cuando se remuerde o escribe cosas como estas para distraer la atención.
Soy el esposo de la hermana del sujeto que a todas luces soy yo en su familia. Mi reflejo, o en parte, y me siento ajeno, como si a pesar de saber que afuera, más cerca o lejos, hay alguien que eres tú mismo con tus mismos problemas y pesares y esperanzas y no importarte, significara lo que importas tú para ellos: nada. Y qué importancia puede tener algo como esto a fin de cuentas, ninguna.
Mañana has de ir a ver qué sucede con la valoración de Irma, la tuviste encerrada varios meses y ya es tiempo de ver cuánto vale.

viernes, 22 de abril de 2016

PEOR QUE HOY, AYER Y MAÑANA

Tratando de establecer una secuencia lógica entre las actividades para la noche que pasó y la madrugada que le viene sucediendo, termino siempre donde debería haber empezado, el blog. Mi propósito es expresarme, pero espero, pienso que aguardando tan solo un poco más lograré consolidar las ideas, sin embargo paso el tiempo entre descargar música añeja de rockeros infaustos y brillantes, o libros de escritores desvalidos para la natural y normal existencia, pasando luego entre informaciones sobre artistas en decadencia y recetas para la aniquilación del cerebro y la eistencia. Y al final como siempre, aquí, a media madrugada, oyendo la respiración dificultosa de algunas personas que ya se van de este mundo y de otros que recién llegaron. Estoy oyéndolos ahora mismo viéndolos y se me ocurre pensar en seguirr escribiendo, porque de todas formas no tengo otro modo de expresión hacia mí mismo como es a través del blog. Quizá dentro de un par de horas me pese un poco no haberle dado el descanso necesario al organismo, pero sé que más tarde me perdonará y seguiremos siendo unidad aunque siga destruyéndolo con narcóticos thrash metal y alcohol.
Quién fui, me pregunto, me parece haber tenido otra vida y varias muertes entre aquella y ésta, y todo para qué, para seguir tras de la muerte, de la deliciosa sensación de saberse en el horizonte de eventos, desde donde no hay retorno alguno. Asumo que ya no importan muchas cosas, comprendo muy pocas, y rehuso el resto. Iré cada vez más solo hacia el centro de la resistencia humana, hoy por hoy ya veo retorcerse la realidad ya siento la transfiguración del mundo, y sé que tengo pavor y la parálisis solo es el indicio de la verdad en todos esos eventos me pregunto entonces qué sigue, o cuánto y hasta cuándo. Sigo pensando las cosas con mayor extravío y desacato, sigo haciendo las cosas con indiferencia y renuencia. Renuncio cada vez más y comprometo de ausencia con pretextos vinculados a la oscuridad al silencio y el aislamiento. Miento con mejor calidad e imagino mejor, no obstante puedo plasmarlo menos. De hecho ya casi no organizo las ideas y tampoco dejo de sentirme bien por todo esto, será que ya no me importa una mierda incusive el escribir un par de cosas sobre mis fantasías de un mundo peor. A veces me digo ya basta, mira que el control lo haz perdido y la manía de cultivarme se me olvida como si no tuviera ya saliva para decirme qué cosas hacer, y qué no. Bueno, lo segundo siempre sucede mejor que lo primero, y mientras avanzo paso a paso en la rueda de mi camino monomaniaco, recuerdo mis otras vidas con sus respectivas oportunidades y hasta de la laptop que me robaron me acuerdo, de la música que tenía dentro, de los relatos y en fin, de casi nada. Extraño algunas cosas y casi a ninguna persona, de ahí cúanto importo para ellos y para mí mismo. Ser digno en una época tan indigna como cualquier otra es solo la respuesta a un estímulo, la consecuencia de un sistema que por defecto nos involucra y digiere en sus sucias tripas y mañas. Mañana, lo reafirmo, mañana será mejor, o en todo caso, y también como siempre, peor que hoy y tal vez que mañana y siempre.