martes, 15 de noviembre de 2016

Nadie nos recuerda

Nos resultaba tan difícil existir en el universo virtual. No lo íbamos a lograr, así publicáramos degollaciones o estupros en vivo y en directo. De cualquier forma solo nos quedaban cinco minutos, sonaba Foals y Alabam,a shakes, divertido, llenando de entusiasmo el mundo. El sol como siempre, una mierda de púas de oro incrustándose en la nuca. Iríamos pronto hacia las catacumbas de los Wari, a beber de la poza milenaria, nos dijeron que nos volveríamos poderosos como lagartos de piedra y fundidos en fuego. Ahí vamos, no nos inquieta el peligro, ya para qué, caminamos, la cara se nos cae a pedazos por el sol, nos rajamos como la arcilla seca. Llamamos a la piedra, una roca enorme que hace de puerta, oímos que suben las gradas, las sandalias suenan a mojadas, el aire sabe a humo,, hay ramas secas en forma de muñequitos vudú en las junturas de las piedras. Abren. Entramos, nadie nos recuerda afuera, ni adentro; nunca estuvimos, fuimos simples pesadillas y demonios invisibles. 

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