martes, 8 de noviembre de 2016

Día 02


Mike se ha instalado en la cocina y prepara deliciosos potajes para ebrios y prostitutas, le gusta verlos comer, masticar sin cerrar la boca, esparcir migajas por el suelo, carraspear sin recato y eructar sin disimulo. Ama su trabajo, pero empieza a llegarle al pincho, por eso recuerda cómo es que llegó ahí hace años, cuando todavía no tenía treinta, impelido por impulsos propios del fin de su primera juventud. Recordó la ciudad portuaria donde vivía en compañía la peste bubónica y el cáncer de mamas, a sus amigos sin pelaje y a humanos raros que los alimentaban diciendo que eran dioses; sin embargo no pudo evitar recordar a quien amó más allá de la cordura, y sin preverlo derrramó dos gruesas lagrimas que casi lo ahogan. 

Imagina una cama de plásticos y basura diversa retaceada por mis dientes, y tú y yo en medio, trenzados, copulando y durmiendo, despertando y volviendo a copular. Luego piensa que me voy un rato al centro en busca de comida y que no vuelvo en dos días pues la alcantarilla trajo consigo demasiados residuos de hospital, lo cual sabes que nos envilece y envicia al punto de olvidarnos quiénes somos o adónde íbamos. Después mírate, dando ultimatums tras ultimatums, como si fueras la rata mística de las leyendas, la rata cuya descendencia elevaría al trono de la tierra a nuestra especie. Y enseguida mírame ante ti, rogándote, cayendo de rodillas, solo por atravesarte una vez más, qué me hiciste maldita rata asquerosa, qué te hice yo. Nada, supongo que nada, pues al rato me fui y me embarqué en la mayor aventura de mi vida hasta ahora. Y aun cuando se te extrañe no serás tú a quien vuelva a amar, jamás, y con rabia justificada, pues ya para qué, acá lo tengo tengo todo, y nada también y en la misma medida.

Mike seca sus ojos y vuelve a lo suyo, guisar, cortar, roer, servir. Suena Let me down easy de Humo líquido, él lo sabe y se siente valiente, confiado, escupe el recuerdo de la rata asquerosa que amó y le da un gran mordisco a la pata de la cigarra que se duerme de borracha empinando en el codo. Pelean, ríen, viven.

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