viernes, 29 de septiembre de 2017

Bitácora del viajero Días 1, 2 y 3

Hay una suerte de mística en torno al irse por al carretera, y se trata de no volver, resistir en el ímpetu de avanzar, no interesa el objetivo, del cualquier forma siempre será efímero. Uno llega a un lugar, se maravilla, da vueltas, come, mira, habla, fuma, bebe y se quiere largar y tiene que largarse. De un modo u otro hay que seguir hacia adelante, recordando que la vida es precisamente eso: caer horizontalmente. 

El capitán ascendió por Warpapicchu, los caminos se atestaron de eucaliptos y el aire se enfrió, se le ocurrió que podría volver por donde vino, pero recordó la mística arriba mencionada, se sentó, mangueó cancha y chicha de jora, esperó, se puso de pie, camino horas, lo recogieron por fin. En estos lares todavía no es aceptada la idea de viajar sin un céntimo no con ánimos de joder al transportista, sino todo lo contrario, con el afán de hacer de su oficio algo con tintes de humanidad. 

Llegó a Andahuaylas; pueblo de mierda, para ser honestos, caminabas, era llano, pero el polvo, la gente demasiado comerciante y campesina, cuál sería la palabra, una hilacha de población abocada al cultivo de papas, y pensar que de arriba se veía tan bien, todo verde y vivo. El capitán pasa de largo, come pepián de choclo unas cuatro veces, se indigesta, entra a un baño de grifo y atora el excusado, se complace, el sol está cayendo pero todavía raja piedras. Aborda otro camión, anochece en Abancay, ahora la cosa es distinta, el clima es genial, más calido que Huamanga, y tan grato como en Tarapoto, algo ocurre, la ciudad se extiende en ladera hacia las partes altas de los cerros, es un afán cojudo el de subir y bajar. Mencionan este aspecto como justificante de la buenas piernas de algunas chicas, falso, lo sé, ellas van al gimnasio o ya las tienes bellas por naturaleza, como sea, el capitán vuelve a comer, escribe en las partes en planco de sus dos únicas novelas que tiene en la mochila, se complace leyéndose, qué más da, es escritor de su único lector: él. 
Le hablan de la Casa en el árbol, le parece una tontería, pero va a la dirección indicada, efectivamente, ahí esta, entre tres árboles de pacay, dos plantas de entablado bien acomodado entre las ramas más fuertes de los árboles. Se instala, abraza a un gato, oye a una mujer suiza discutir con su brichero, se duerme, amanece, se larga hacia Cusco, le acompaña esta vez un funambulista y malabarista marginal y decadente, se congracian. Llegan al Cusco a las cuatro de la tarde, fuman Golden beeach. 

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Semblanza de una ruta


Una vez pensé que podría reiniciar mi vida con la misma facilidad con que la destruí. No es fácil, ni lo uno ni lo otro. Pero hoy estamos a la salida de la ciudad de Huamanga, rumbo al sur, esta vez son el par de zapatos del niño y la novela de Gidé y Onetti, los que nos acompañan. La mochila es la misma, la pena también, la pena de no haber hallado el lugar que ansiamos, de no haber dado con la gente que buscamos, los nuestros. Esa pena se extiende entonces a lo largo de la carretera como una promesa: El amor es automático, se apaga y prende solo... https://www.youtube.com/watch?v=i--f2XskUUM

Iremos a Andahuaylas, llegaremos, comeremos un montón, nos bañaremos en algún río, cogeremos una piedra y sacaremos la mugre de nuestras manos y tobillos, seguiremos oyendo Roots, raíces de la música, cuánto he cambiado, ahora integro lo brutal con lo dulce en un solo criterio musical. No tiene género, es solo un impulso, nunca fui un buen músico, lo acepto, pero sé identificarla, y por esos senderos voy. Marcia es como Aretha, una mujer negra a la que no puedes evitar amar, así como Nneka o Etta, ah, las amo a todas.

De ahí iremos a Abancay. Me han contado cosas sobre ese lugar, que hay un señor entregado a la pintura y el cultivo del maíz, viviendo con sus perros y una paloma gris. Todos se alimentan en torno a una mesa viendo por ventana el maizal y el cielo azul, límpido y espacial. La música es de las aves, y la embriaguez ya no es tóxica como con el alcohol, no, ahora el señor come habas y está cultivando hongos que hipnotizan a sus animales como las piedras a los árboles cuando éstos pasan junto a ellos. No veré a ese señor pero ya sé de él, y donde esté le digo: yo le respeto y admiro señor mío, es completo el honor mío al conocerlo. Y seguiré de largo. 

En Abancay conoceremos a una mujer, por fin!, su belleza de trigal y sol matutino me extasiará, nos diremos algunas cosas mientras en mi mente suene Estrella brillante de Nneka, y la desearé, ella me mirará con extrañeza tierna, cabecearemos al alba al son de los pajarillos, daré la vuelva en la cama y la rodearé con mis brazos, buscaré su pulso al tiempo que ponga Radio Inolvidable y me prepare para levantarme y hacerle un suculento desayuno de carne de roedor con granos andinos. Ella permanecerá callada, sus labios solo dibujarán dos líneas oblicuas que denotarán tristeza, lo sabe, tendré que irme, tendrá que dejarme, no soy un promesa sólida, soy evanescente, a veces no logro ni proyectar una ligera sombra. Ella mirará el piso, se aferrará a la taza en la que humea la leche y dirá: está bien, vete, sigue buscando afuera lo que perdiste adentro; yo la amaré por ello, sonreiré llorando y pondré esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=YKK3D0H9fWo Ya la puse una vez, a quién le importa, da lo mismo. Saldré solo, ella preferirá quedarse dentro, sentiré otra vez ese dolor por la partida, mi cuerpo se estremecerá con el aire frío y la angustia del hambre y la urgencia del amor. He amado por poco tiempo otra vez, debo amar más tiempo y más veces. Sigue Cusco.

En Cusco viviremos un tiempo, la ropa se nos caerá de vieja, pero compraremos otra, comeremos harto embutido y fruta, nuestro estómago nos lo agradecerá, una leve reminiscencia nos instará hacia el thrash metal, pero no a ese género estéril que algunos llaman thrash oscuro, puro, true, basura, a nosotros con Ulyses Syren. Pero no haremos nada aun, no será el momento, porque en ese instante oíremos a Pastorita Huaracina, y no podremos dejar de llorar toda una tarde, esa mujer sabe. De pronto por una casualidad del destino o que sé yo, comprobaremos que seguimos una ruta trazada por Arguedas, estamos recogiendo sus pasos, eso es muy muy bueno.

Como sea que suceda, ahora mismo almorzaremos y veremos qué sucede...allá vamos Arequipa.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Hoy nos vamos queridos amigos, nos vamos a terminar con todo esta serie de eventos que en verdad son pura basura. He tomado el camino incorrecto, me aguarda la muerte o la cárcel, hiedo a carroña, no tengo apetito más que de pensar en mi muerte, eso es bueno, es justo, yo estoy molido. No sé cuánto más pueda aguantar pero sé que muy poco, mi mente está amordazada, ya no soy libre en absoluto, voy a claudicar pesando cuarenta kilos y con los riñones estallados y el espíritu quebrantado. Van a matarme en la calle, cualquier momento, solo pido por favor que me rematen.
https://www.youtube.com/watch?v=3AnXxcqWv1o

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Canciones


Todo sigue como al principio. El sol sigue siendo perjudicial en resaca, el brillo de sus ojos siguen siendo vulnerables cuando los encuentro de improviso. Aquí unas cuantas canciones para recordarme lo mejor de ella, Joss:

https://www.youtube.com/watch?v=hcg8DewqjRU&list=PLt0aa0-LQwkeaXl3KQn1TOZhPGM4Yavph&index=13

Me suena a los días de pescado, lo sábados particularmente, cuando podía abrazarte sin tener que marcar la zona, sin ver a los moros por la costa, cuando servía el ceviche en tazas de loza y te ofrecía mi vida en cada cucharada. Te hacía comer, te hacía reír, te hacía el amor, te hacía la vida circulitos. 

https://www.youtube.com/watch?v=xNhNJOp5fnM

Y ahora este tema me devuelve un poco de la alegría perdida con tu pérdida, me veo dando vueltas en torno a un niño que salta de la alegría, me veo caminando entre árboles altos y cerca de un río, llevo un pescado ahumado y agua de maíz, estoy solo pero tranquilo, me veo caminando a las tres de la tarde, pensando que no he de llegar a ningún sitio, pensando en nada, levitando.

https://www.youtube.com/watch?v=g5miHs6VXxs&index=15&list=PLt0aa0-LQwkeaXl3KQn1TOZhPGM4Yavph

Con este tema me siento otra vez triste, dejo las alturas y me sumo en dolor, uno profundo en el que resuena: ya no creo en la vida, solo me valgo de ella para desangrarme. La voz del artista penetra en los intersticios de mi carne y me sobrecoge. Recuerdo a Taj Mahal, la época en la que cantaba Loving to my baby eyes. Voy a llorar un rato.

Bueno, alquilé como cinco horas para escribir esto, teniendo ni un céntimo, recordando la imagen de la señora Yolanda comprando pollo, caminando a duras penas con los bolsillos llenos. Hoy por la mañana Kram se cae y se vuelve a golpear la cabeza que le quedó doliendo. Me siento culpable, me siento triste, me siento obtuso, cual piedra, cual remolacha en la sopa, me siento incapaz de hacer otra cosa que sentirme triste, y entonces:

https://www.youtube.com/watch?v=dx3ecLe4vck

Yo podría cambiar las cosas, podría inclusive ser peor, pero ya para qué, sin tu amor, sin tu existencia, sin tus palabras cerca, sin| tu olor, ya para qué, un lento dejarse morir, ya sabes, un estilo de vida basado en la incongruencia entre lo que siento y lo que debo.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Feliz


No por gustar de leer ciertas novelas, o escuchar con más atención cierto tipo de música, el hombre se hace escritor o músico. Han pasado quince años desd entonces, o sea desde que Jorgen oyó su primer disco apasionante y leyó su primera novela que le forzó a sentarse a tratar de escribir algo en retribución. Hoy, con cientos de canciones y escritos, se da cuenta que no es nada respecto de lo que leyó y oyó, y eso es bueno, las jerarquías, piensa él, pues es el orden natural de las cosas. Como sea, durante la víspera conoció a un verdadero poeta que le dijo que ninguna patraña actitudinal llenaría el ampuloso espacio que deja un talento nato. Jorgen rió, refutó, trato de hacer sentar su posición. Peor al final, tuvo que aceptarlo, él no era un dotado por el arte, él solo era un espectador, un lector, un melómano, esto lo entristeció en algo, pero luego se regocijó, pues ya no tenía esa virulenta responsabilidad de tener que hacer algo, lo que sea, en materia de arte mientras se espera la muerte, y por fin se liberó de ese tormento, volvió a oír el mismo disco de hace tres lustros y el mismo libro también, y fue completamente feliz.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Whiplash

https://www.youtube.com/watch?v=_bWflIVxwHE
Cambiar de actitud, dejar el egoísmo. Actúa, a lo Hydra Vein, hay pelas en La abeja desnuda, las arcadas del cólico te subyugan, estás al borde. Siempre estás al borde. Das lo mismo, no importas. Mientras tanto, pide comida, canta tú mismo y toca la guitarra, riffea con rabia y furia, el mundo se te cae en pedazos, hazles oír quién manda acá. Si bien nuestro cuerpo sucumbe, pues bien, no será en silencio. Vamos a ser otra vez un power trio a lo Whiplash, Destruction, etc. Unas cuantas canciones entre las que incluiré: Imprecaciones presuicidas y desolación y catarsis del espíritu elevado.
Hemos elevado nuestra voz desde las sombras, como el último hálito de la vela antes de extinguirse, hasta las estrellas, a quemarlas y dejar que se queden chamuscadas y sin brillo. Las tengo a todas en el bolsillo, el Sr. Raúl ya no me soporta, soy una especie de paria invadiendo y tomando su casa, me da lo mismo, él lo quiso así, recibió el maldito dinero, que se joda. El olor a roña y orina de su cuerpo alcoholizado me repugna, pero más aun su estúpido discurso de alienación de las sobrinas y todo ese rollo de que antes mi familia era esto era el otro. Yo tenía un primo que cruzaba nadando el río cuando de repente le da su ataque de epilepsia y muere ahogado, mi primo Alberto, nunca te conocí hermano, pero siempre te recuerdo, ahora nos conoceremos, de cualquier forma siempre estuvimos cerca, yo te oí cada que crecía, cada que me acercaba al fuego y decía cosas ininteligibles. Me temo que tengo que parar con todo esto sino quiero seguir llorando. Estoy tan triste, tanto como podría estar un bólido rumbo al deshuesadero. 
Había otro asunto madre, ella dice que no le conciernen mis asuntos de salud, la otra vez estuve con escalosfríos y diarrea, fiebre y pesadillas alrededor de cuarenta y ocho horas seguidas, después creí recuperarme, falso, estoy hecho una hilacha de vitalidad, un lastre, ya no sirvo ni para tirar de este cuerpo, y con todo sigo extrañando un cuerpo femenino, creyendo estúpidamente que podría recuperarme para hacerle ver a ella que siempre va haber alguien para otro, falso, para mí no queda sino la fosa, el clavo en el ataúd, Whiplash, mierda. 

lunes, 11 de septiembre de 2017

Trabajar

Los We all together, íconos en algunas partes de Chile, no hay fronteras, no deberìa ni siquiera imaginarse que las hay. Han sido dos días en sumo extraños. Son brillantes composiciones buen Kevin, y déjame decirte que tu canción Imprecaciones presuicidas, me fascina, es avasallador, salvaje y rockandrollero, felicitaciones. Dos días de reclamar lo mismo a la misma persona, reclamarle cómo es que sucedió lo de dejarme de amar. Ahora te comprendo querida, nadie podría haber amado a un tipo tan bajo como yo, tan envilecido por estupideces, tan sumido en el conformismo. No quiero más de esta vida que pasarla a tu lado, comiendo mandarinas y viendo series, durmiendo y despertando con el niño al medio, cocinaré para ti anchoas en salsa de tomates, dejaré la luz encendida para que nunca tropieces al dirigirte al baño. Te daré las gracias incluso cuando simplemente nos despertemos, te diré hola mi amor, gracias por esta vida, gracias por el niño, gracias por existir. Pero claro, seguramente deberé tan solo pensarlo, que están mejor sin mí, así no Kevin, así todo irresponsable, incapaz de sostener o volver a hacerlo, una promesa, un compromiso inclusive firmado, así para quién querido Kevin, para nadie, a nadie te lo garantizo, pierdes tu tiempo yéndote a cualquier parte, no interesa que ahora oigas Los mads, esa bandaza de Lince que  casi la hizo en los setentas en Inglaterra, el baterista es sensacional, ya lo dije, pero tú lo sabes más. Estuve pensando en ese dragón azul, nunca voy a olvidarlo, de eso ni quepa dudas. Como a ti, ya sè, como a mí, como a todas las personas que has perdido y que pretendes recuperar o conservar. Atesoro personas, te digo. Como sea, iremos a las una a descargar javas de huevo, unas mil quinientas, de once kilos cada una y bajarlas de a dos. Más tarde caminaremos rumbo al grifo Conmebol en post del niño. Ah, ese niño es una ternura, es un galán y un tipazo, por él iremos, comeremos pillito!, y luego hamburguesas para tres, a tu madre le entregas tú hijo mío, pero dile que especial, espacial cómo?, nada, olvídalo, olvídala tú papá, no escuchas lo que ella te dice: se acabó, solo retomemos y afiancemos los lazos fraternos en aras del bien del niño. Solo eso, nada más, bueno, ocasionalmente, una que otra mirada de soslayo, un deseo compartido, un bienestar mutuo, para todo eso por supuesto, tengo que trabajar y estudiar, debo enseñar lo que me gusta, la literatura, debo terminar esa carrera, pronto hijo mìo, lo voy a hacer, estoy cansado y no tan contento de mí mismo, aún así, leemos a César Miró, El tiempo de la tarántula, y John lange, y John Maxwell. La mía es una extraña forma del desasosiego anclado en deseos altruistas, atado además por callos de antaño, y ese lastre de heridas corrugadas y todavía sangrantes de cuando rompía en llanto ante la partida de madre o la consabida ausencia del padre..Bah, mañana ir donde Lobito y trabajar en su taller hasta el fin de semana, cuando por fin alquilaré una habitación buena y empezaremos con nuestro proyecto de vida, estudiar, un cartón, ser el mejor en ello, beber agua caliente en taza de loza los domingos para menguar la cefalea consecuencia del sábado por la noche...


jueves, 7 de septiembre de 2017

"La muerte le sienta bien"

Cheka: 
Querida, estuve pensando, creo que https://www.youtube.com/watch?v=7Vk7OOLzNDI. Bueno, parece darse de esta manera: yo te busco, te invoco, no estás, no existes, me miento, te miento. 
Debo perder el tiempo en escribirte, asumir que estás acá oyendo lo que tecleo, de otra forma no podría seguir haciéndolo,q ué pervertida idea, qué patetismo, pero me llega al pincho aquí está mi verdad, ésta es, debo reformarlo todo, intentar muriéndolo?, como sea que tener.  
Dónde están los días duraderos de ánimo y poca melancolía, ya para qué en todo caso. Quédense con ellos.  
Me acordaré alguna vez de estos días? Días de estarse sentando a comer seis plátanos sollozando, viendote venir falsamente en el horizonte de la avenida. Dónde irán a parar estos días de extraviarse entre las nueve y las once de la mañana, o dejarse tirado a un lado de cualquier árbol: hola árbol, me siento un rato señor árbol, chao señor árbol. Tan simple como ser un niño y tan difícil a la vez. Ya no eres lo que crees, o no creas en lo que eres, qué pretenden decirnos. Estallan resoplidos, inician concierto los gemidos, las paredes son indiscretas, el viento se presta para el transporte. A qué has venido a oírnos, me preguntas; yo no lo hice, les digo, por cierto, el tipo se veía lamentable despierto a esa hora, no es un perro de la noche, mejor, estás a buen recaudo, consuelo para chacales, carcasa de elefantes o de insectos, cuál prefieres. Me preguntaron en la encuesta: Si usted llega a una conversación de la que no sabe ni shit, qué haría, callarse y escuchar con atención o ponerse a hablar de Sepultura, preguntando cuál disco es mejor: el Beneath, el Schizo o e Arise, porque ése es el triángulo perfecto de Sepultura, en cambio, en mi modesta opinión sin posibilidad al rebate, con Sarcófago el asunto por supuesto que partiendo del INRI, se consolida en La ley del látigo, y retorciendo su perversión en el Hate, a pesar de la teba programada. Como quiera que sea, la idea de tocar intentando superar el estilo todavía resuena en mi cabeza. He sido tan poco honesto al tirar a la basura mi dulce guitarra que ahora hace consonancia con el individuo que nos saca el material reactivo esta temporada, y a quien se le ocurrió que fui yo quien se llevó sus tres polo que estoy seguro jamás usaría ni tendría intención de ofrecer a ningún mortal llevar esas prendas. No había muchas intenciones de escribir hasta que escribí. No sabía que te amaba hasta que te amé?, no, hasta que te perdí?, tampoco, hasta que se ocurrió que debido a nada. Pues, si somos cada vez menos obtusos, como cuando nos íbamos con las chivas a bordo y te quedabas sola, desconsolada según tú, y abrías el portal, convocabas a algún merodeador de los muchos que atesoras o colecciones, por precaución, o una huevada así, típico en humanos gusanos, verás que no trabajaré nunca más y aun así te enterraré o llevaré flores y me embriagaré en tu tumba, esperando saques la mano por la tierra y me cojas de los talones y empieces a perseguirme por todo el recinto mortuorio. Ya te imaginas corriendo con siete años de muerta y yo con en mis cuarentas, con las boloñas vacías de tanto follarme a viejas richachonas y cachondas a las que además saco brillo a sus pitilleras de oro, desmoño su tabaco, preparo sus tragos y cuento algunos de sus mejores anécdotas. Ya me ves ahí, sentado en ese mueble francés de hace siglos, formidable, ebelto y rejuvenecido como nunca, mi cabello refulgiendo en la plenitud del ébano y mi piel lozana y fraganciosa de mujer y sus fluidos. Huelo a sexo, te acuerdas que nunca irías a trabajar oliendo a sexo e inventabas excusas para no coger tras la puerta principal. El Spok dormía detrás del muro de las arañas en el baño que me vio decrecer en tres años hacías las sombras y el silencio y lo peor, haberte perdido. Soy el mayordomo de las señoras Salmoas y Jaudé, ambas viudas, pudriéndose en dinero y viendo a menudo "La muerte le sienta bien", frescas y frías, en medio yo, encendiendo las pitilleras, recibiendo la ceniza, sirviendo los tragos, bebiendo y aspirando el riquísimo aroma de sus tetas enormes y sus vaginas doradas; las ventanas abiertas y entrando un airecillo que nos recuerda quiénes somos...
Yo estaba pensando en decirte para ver este domingo: "La muerte le sienta bien" jajaja.

Vieja amiga

En el colmo del patetismo decimos : https://www.youtube.com/watch?v=jjSVZWvBBVU
Pero como no importa, no es trascendente, no contribuye con el simple sostenimiento de la falsedad de una posible careta más ajustada a la irrealidad que pretendemos, que a la que quisiéramos; ahora, por otra parte está el asunto de lo que en verdad es, y entonces te pones a buscar canciones sugestivas, más cercanas con tus estúpidas obsesiones. 
Lo bueno es que termina pasando, como todo. Ahora te ves otra vez yéndote, pero el caso no es irse, sino intentar llegar a alguna parte, porque de lo contrario, uno da vueltas, camina en círculos, a ciegas. Tal vez el tipo de espiritualidad, la idiosincrasia, qué sé yo, cualquier cosa por hallar un punto entre los suspensivos de la modalidad en que nos enfrascamos vivencialmente.
Llegamos a escribir casi a la velocidad con que ideamos. Y eso qué?, miren, había una vez en la casa de Arturo Vildósola un cuadro, en realidad varios, pequeñas obras de arte impreciso pero no surreal, más bien visceral, como empuñaduras de espadas despojadas de tirón. Los restos del cerebro del hijo muerto por su propia mano hace seis meses. Un petardo, una explosión, una voz ensordeciendo. Ahora el padre se hace mierda la vida, con ímpetu y honestidad, sin miramientos. Es cuando la envidia se instaura en forma de bruma espesa moviéndose con laxitud, como una señora gorda arrastrándose hacia el refrigerador en pleno verano fatídico por haberse caído en el patio de su silla móvil. Arturo ha muerto. Le llamé como siempre y ya no estaba. Su hijo contesta y te dice tu signo. Mi signo, de qué hablamos, te dice: ha muerto, mi padre ha fallecido ayer. Ayer, cuando entrabas con Anne a hurtadillas a su habitación siendo casi la medianoche, empuñando botellas de ron y cigarrillos; adentro estabas Arturo con la mejor de las calmas, empuñando por tu parte el bastón de roble con empuñadura de níquel en forma de cabeza de hipogrifo. Nos dijimos los saludos, tú mencionaste lo avanzado de la hora, yo me puse a follar como conejo en una esquina del claustro. Tú comenzaste a reír con sinceridad, dando arcadas y torsiones monumentales. Tenía que prestártela, nos acomodamos recuerdas?, Tú debajo, ella encima, yo detrás de ella, y se va la luz. La luz no está y estamos los tres ahí, el cerebro del hijo nos ve, la pared late, respira. Como cuando comes y comes y sigues sintiendo insatisfacción, así a veces se torna follar, lo comentamos y reímos los tres, de cualquier forma estamos bien instalados ante la lluvia que resuena afuera, trajimos alcohol para pasar el rato y bueno, qué más cuentas querida amiga...

lunes, 4 de septiembre de 2017

VOLVERÁN A SALIR




Pequeñas ciudades, pequeñas vidas, pequeñas personas, metro sesenta y algo. Qué te sugiere todo eso, yo le pregunto esto porque verá, ayer caminaba rumbo a casa –el asunto de la casa debo abordarlo también, no debo olvidarlo- cuando me detengo en el semáforo que está a cuadra y media de mi destino. Las máquinas transcurren, se atascan, escupen personitas, se tragan a otras, yo veo todo esto con la mueca de ese orgullo pervertido a  fuerza de monomanía y asco. Iba a cruzar ya cuando levanto la vista por encima de los edificios, el cielo límpido, absorto en su amplitud. Me dice: debes matar, continúa haciéndolo, te dirán que te detengas, que cambies de ruta, que mudes de hábitos, y tú tendrás que seguir matando. La verdad solo le es reservada al asesino. Estuve pensando sobre todo esto y creo que ya tengo una sentencia: no me importa la verdad, no me importad dejar con vida lo que deba matar, no me importar matarme teniendo por qué vivir. No me importa nada, estoy al margen, no ansío la muerte más que una golosina, me mantengo firme, lejos, oyendo el rumor de la vida, el gemido de la muerte. Debo contaminarme más me digo, pero tampoco hace falta, lo mucho que lo hice me dura para rato, como tener quinientos billones de dólares y solo setenta miserables años para gastarlos.
Por eso, consulto con mi reloj de nube y lo reconozco, qué estoy haciendo detenido acá, yo un confeso y convicto nómada rumbo a la celda de la justicia humana, bordeando sus flancos, sus fronteras, provocando sus modos. Debo caminar siguiendo la estela invisible que me guía. La insignificancia y la sensación del absurdo, cómo se sobrelleva, cómo se le sobrevuela, las tengo colgando, susurran palabras para liberarlas, no quiero, las sujeto con más fuerza. Cuando duermo pienso en esos seres humanos con cierto atractivo llamados mujeres, y los añoro. Añoro esa cierta complicidad y sociedad que podría construirse con ellas. Luego me invade la pena porque veo un rostro inolvidable, y las fractales del resto asumen su imagen, se multiplican y me obligan a cerrar los ojos, darme vueltas en la cama, masturbarme viendo el retorcido cuadro de bodegón en la pared.
El señor Raúl no piensa venir, su maratón con la cerveza no termina. Es un ebrio consumado. Yo soy un muerto en vida, predica a sus vecinos. A los ojos de los vecinos sin embargo, soy su homosexual activo, o pasivo, intercambiable, los vecinos son hartos imaginativos, necesitamos reunir todo su potencial en una antología próxima llamada: Ficciones de quinta. Como sea, salgo a fumar al patio, echo el humo hacia sus habitaciones, una vez sale la señora ésta que anda sola y vive junto al matrimonio Matías y su mujer, y me mira fulminándome. Le saludo y vuelvo sobre mis pasos, todavía oigo su afanosa respiración, sus pasos intencionalmente fuertes, su batea de plástico siendo cargada hacia la azotea donde se sentará a fregar la ropa. Mediodía, tarde, noche; estoy en el espacio destinado al reservorio de agua, veo las estrellas, me cago de frío, veo siluetas al frente, veo estrellas móviles, pienso en el asteroide caído en el relato de mi amigo, la roca extraterrestre que luego de dos días de estar en la tierra, deja que un hongo brote de ella. Yo no sabía que podía hacerlo, pero lo hice: comamos ese hongo, le digo a mi amigo. No, espera, me dice, brota el hongo, es algo pardo, tiene una especie de vellosidad que lo hace desagradable a la vista, le han salido uñas en ciertas terminaciones, y aunque esto no me lo crean, la noche siguiente a ésa, la oímos cantar. Por eso la arrancamos y pisoteamos, destruimos la roca.
Qué hiciste qué, le increpo; es tarde me dice. Claro que es tarde, me largo, estúpidos humanos.
El señor Raúl es un pillo, a la señora Olivera por ejemplo, su ex suegra, le dice en cuanto se sienta y bebe su primer vaso lleno licor, que cómo está su hija, yo la he amado tanto, ¿usted lo sabe no? Fueron los mejores once años de mi vida, pero cómo es no, que todo se acaba, yo ya no creo en el amor, ni en los extraterrestres ni en Dios ni mucho menos en el ser humano, todos me han fallado. Mi condición actual es simple: aborrezco la vida. Pero no nos entristezcamos por eso, mejor sigamos bebiendo. Sigamos la paz que nunca viene, como dice la canción que siempre olvido de quién es.
Pepe lo mira, Pepe era el hijo de la ex mujer del señor Raúl, Pepe lo odia. Ayer no más, cuando salió a destilar el alcohol de la víspera montando tabla en el parque, conoció a un muchacho que no tendría más de veintidós, pero que de algún modo tenía treinta, asunto incomprensible, si se ven las cosas con objetividad, él tiene veinticinco, luce de cuarenta, la vida que he llevado se dice a sí mismo. Ha sido según él campeón de skate en Chile, ha viajado como sanputa, ahora tiene una hija, la ama más que a nada en la vida. Ésas son patrañas, le objeta el joven rejuvenecido. Cómo que patrañas, amo a mi hija. No amas a nadie más que a ti mismo, y por eso te odias también. Lo dijo, lo ha vuelto a decir. El joven tiene que marcharse, caminar solo sosteniendo el instrumento que sabe toca mediocremente. Al rato ofrecerá el instrumento a otro individuo auto engañándose a diario con la idea de ser músico. Tal vez podría ser mejor librero que guitarrista, se dice el joven mientras camina doblando la esquina. Pepe se queda en el cuarto, sube el volumen de la música, no ve a nadie alrededor, ni siquiera las siluetas que habitan el espacio de la memoria. Llora, ama a su hija y llora, sigue pensando en lo grande que fue, tiene cara de cuarenta y ahora qué hará. Se acuesta, son las nueve de la mañana, ha destruido el curso de un talento y confirmado la inutilidad de su vida. Le han vencido y solo se ha llevado a uno.
El otro ya no cuenta con el instrumento, ahora sostiene más licor que irá a beber a la sombra de la habitación de Raúl, aguardando su llegada tambaleante y lamentable. Ambos caerán dormidos, uno en el sillón y el otro en la cama con dosel y todo. Transcurrirá la noche, se hará el día. Y volverán a salir…


domingo, 3 de septiembre de 2017

Voy a desintegrarme caminando, subiendo y bajando de vehículos en movimiento. La insignificancia me fulmina, me urge. Hay altas montañas que veo con aquello de lo que habla John Maxwell, insondable belleza. Hijo mío, perdóname, ¿nos dormimos?

sábado, 2 de septiembre de 2017

Solía decir muchas cosas alrededor de lo mismo, solía ver en las canciones colores de esperanza, esperanza de rehacer mi vida...hoy comprendo..no hay nada que hrehacer...la destrucción es inmanente. Vender lo único que creías te definía singularmente te reafirma...hace rato hablabas de reafirmarse...no de afirmarse, ya sabes, que es lo mismo que andar dando definiciones de uno mismo como predica, como mandato. Le decía al tío Bob: me da lo mismo que desvirtúes mi interpretación musical, en sí me da una especie de revanchismo inverso que me hace decir que bueno, al final, también eso me llegaba al pincho.....Estoy retorcido...las consecuencias de tus decisiones, me dicen, les digo. 

Sin embargo sigo escuchando algunas cosas, algunos pensamientos, sigo pensando que hay algo especial en mí, en todos, algo tan preciado que te permite soñar con un día mejor, con una vida mejor. Yo ansío otras cosas, me reafirmo, estuve rodeado de objetos, pero era más feliz cuando podía abrazar a alguien, cuando podía reclinar mi cabeza en el hombro de otro ser humano, yo creo que era mucho mejor en quel entonces, mejor en qué sentido, mejor como yo, o sea, podía estar tranquilo conmigo mismo más tiempo...ahora en cambio, me odio, daría lo que fuera por silenciarme, daría lo que fuera, pero no tengo ya nada que dar...