miércoles, 8 de febrero de 2017

Ya ves


Amor, odio, locura y muerte, pura basura hediondA. Ayer te vi encarnada en el cuerpo de otro ser infrahumano y te añoré, aun cuando no sirva de ni mierda hacerlo, porque ambos sabemos que nada de nada sirve para nada. El absurdo en su máxima plenitud, después sigue la aniquilación del cuerpo, pero eso también ya lo hicimos, de manera que no queda nada.

Voy a buscar empleo, salir del agujero, la cueva cavernosa donde ahora pernocto, volver entre fauces de perros hambrientos y voraces, estás diciendole a tu ser lo desgraciado que eres, pero sin darte cuenta de cuánto has tenido que sacrificar en aras de este momento. Piensas en lo hermoso de ir de la mano con tu amada o tus amados hijos, pues bien, olvídalo, nada de eso sucederá, o ya sucedió, todo forma parte ahora de una suerte de película perdida entre los escombros de tu memorio. Ayer leías una burda carta de amor de Daniel a Camila, y te cagaste de risa, el sujeto mencionaba que no quiere ser Neruda ni Mistral, pero que la poesía se le chorreaba por los dedos como agua que ahora mismo pienso beber nada más para empaparme por dentro. La esperanza de un mundo mejor, lo mejor del mundo la desesperanza, tomas pastillas, odias, invocas a satanás a dios y a toda ese séquito de mierda que no te deja volar, recuerdas al buen Memo, ahora mismo debe estar ganándose la vida en las calles de la selva, debimos estar ahí los dos, haciendo música, pero ya vez Kevin, eres una mierda patética, que ni eso, por eso nos dejamos y jamás volveremos con nosotros mismos, la despersonalización está ahora convencida de que no queda más que pelar el cuerpo y dejar huesos expuestos bajo la catarata de aguas servidas en el puente centenario. Todavía suenan en mis oídos el tintinear de las cadenas, del agua, de los culos excretando mierda, yo estoy cerca o lejos, como sea, dejé de estar, de ser, de parecer, hace tanto que miren, todo esto es obra de un cadáver, increíble pero cierto, anduve podrido desde Palián hasta Pilcomayo , por la orilla del río y a veces por las ramas de mis ideas sobre vivir a costa de este mundo, sobre justificar mi fin con lo contrario de mis medios, osea sin hacer ni un pincho, y ya ven, todo se acaba.

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