martes, 21 de octubre de 2014

LA DIETA


Ni una puta lágrima más por los muertos, ni por los falsarios ni alucinados, ni por aquellos que nunca estuvieron teniendo que haber estado, también por aquellos que no siendo más que carroña pasaron su insignificante vida creyendo ser alguien, vil estupidez humana, mundana, gusana. De un momento a otro creer o respetar equivale a nada, a un puto esputo que arrojo sin piedad por nadie. Y entonces la pena se desvanece, la maldita melancolía de los débiles respecto de "sus seres amados", pura mierda, me cago ahora sí, en todos y cada uno de ustedes; sí, y si me vienen con aburridos discursos sobre justicia, razón o culpa, me cago el doble, porque si algo haré ahora, es cagar largo y tendido, aun sin haber comido, pues para ustedes hasta una mierda sin cuerpo los alimenta, son coprófagos impenitentes y consabidos, vaya mierda que les daré.

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