miércoles, 5 de julio de 2017

Mientras tanto en casa

Los meses se le redujeron a semanas, y con el sol calcinante entre las once de la mañana y las tres de la tarde, salir era inútil, a menos claro que hubieran alicientes con formas femeninas o vahos intoxicantes, pero era preferible quedarse en casa, entristeciendo y marchitándose. Fue entonces que la música enviaba señales desde otro punto en el universo, parecía consolarlo o decirle estoy contigo, sé fuerte, no te dejes, y de esta forma sonaba, un cover a un clásico de Black Sabbath a cargo de un señor de lo más siniestro pero dulce y profundo al cantar: Charles Bradley. Ver su rostro resumía todos los sentimientos negativos de una enfermedad tan común en estos tiempos, el hastío, la pena, el desánimo, y como no fuera suficiente, continuar oyendo sin reparo canciones similares era cuanto podía hacerse. Era miércoles, que era lo mismo que jueves o martes, y el wifi portátil era el mayor tesoro, ya no para enredarse en facebook con esperanzas rotas o falsas impresiones, sino retomar las viejas usanzas de libros, música y películas...mientras tanto en le universo...

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