lunes, 8 de marzo de 2021

Un viaje en el B


Éste es el lugar perfecto para escribir en este instante, no describiré la atmósfera donde una polilla gorda, enorme, peluda, choca su cuerpo desesperada por saltar el techo, atravesar la niebla, pasar al otro lado. Cuál, quisiera saber, quién no. Confirmo mi neurosis, pero la justifico, soy intenso, soy delirante, les quedo muy grande, y abrumo al jode, como quien hinca, porque estos animales como si nada, pastando alegremente. A quién le importa sin embargo, uno se hace mierda y listo, pero tampoco crean que quedan bien, qué vida de mierda la de todos, si te fijas, o no, putitas, arribistas, seres amorfos que luego luego se deshacen, transformers de barro. Pues al final, hice lo que quise, ustedes también y por mi parte pienso como un perro de mercado; de momento me concentro en mi presencia, y aunque a veces haya esa discontinuidad entre lo que creo y lo que es, siempre vivo pensando en positivo, y moriré así.
Ahora volveré a hablar de mi muerte, pero antes Jimmy Johnson mi amor, sí, tú perrita de mierda, tú, la que no puede sostener nada, la que suelta todo, la que no vale más pero sí menos, cómo, restándose ella misma. ¿Ahora soy un criminal por decir esto señor Juez e iré otra vez a ser encerrado para permitirme leer toda la biblioteca penitenciaria y fumar cirros íntegros? Bueno, en ese caso, puedo retirar lo dicho? A qué no verdad?, y entonces por qué demonios no dejan de joder a uno y se buscan mejores peores de la sociedad. Por ejemplo les cuento que acabo de ver ascender a un zancudo enorme sosteniendo entre sus patas a otro zancudo maltrecho y mordisqueado, a juzgar por la falta de algunas patas, o eso me parece, porque yo creo en lo que veo y veo lo que oigo y entonces me voy a la mierda porque no debo creer en la mitad de lo que vea y nada, nada de nada de lo que oiga, pero no, soy un ferviente, un río caudaloso, a ver quién va contenerme, no es un reto, es una afirmación, una proclama de demente, como la del que se cree Napoleón, ja, nunca tanto imbéciles de mierda. 
Siempre me despido de mi mismo y luego me busco y reintegro de manera que pueda sostenerme en función de la idea que me hizo estallar, un círculo perfecto, como todo lo demás en esta existencia. Culpa dice alguien, la más fresca por supuesto, putita barata y simplona. Veo otra vez al zancudo y no, no lleva esta vez a otro como él, sino una pelusa, está haciendo su nido frente a mis narices, subiendo y bajando como un helicóptero. La música me envuelve, estoy bien, he vuelto del todo, pronto descansaré y mañana pues la rueda tendrá que seguir girando, ya no me inquieta hasta cuando, pero sé que no mucho, hay que irse... O quedarse, pero quedarse es irse, eso quisiera, siempre lo anhelé, y bueno, ya no eran los mismos cada vez, todos cambian menos yo, yo también, esto ya lo escribí, un deja vú?, qué va, escribo de lo mismo, lo mismo y no me amilano, lo sigo haciendo y soy mi lector más apasionado, qué chucha, si no te quedan amigos ni putitas que agotar, entonces ya para qué, pero no, nos queda uno mismo, o no? es real, existe, no es imaginario, uno mismo dividiéndose. 
¿Ahora comprendes por qué el ser humano es capaz de crear? No comprendes, ni tu ni hasta ahora alguna putita conocida, pero de hecho que las hay, ya quiero verlas, estrujarlas, fundirlas en mi carne, en mi palabra, en mi pasión, y luego, luego, ¿la rueda, cómo? ¡Estás loco! Mira dónde escribes, en el blog que dejaste hace casi cuatro años, por qué, porque parece un agujero muy caleta donde meto la pipa y el resto, porque así es uno, no como esas putitas superficiales, que se duermen oyendo una disertación filosófica o brutal death metal, ja, putitas ordinarias. Y pensar que tocamos el tema de Fernando Pessoa y sus múltiples seudónimos y nos hicimos lodo de fluidos por la alegría de conocer a otro ser que desvivía por el trabajo del portugués, El genio y la locura, cómo olvidarlo querida amiga.

Mejor leo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario