sábado, 22 de noviembre de 2014

BAH!



Me preguntaba cuán lejos me hallaba de la gente que me rodeó mientras crecía, mientras me preparaba para marcharme, y veo que no mucho, que las distancias siempre fueron relativas, que siempre estuvieron frente a mis narices todos aquellos de los que pretendí alejarme, y eso aunque duela, me hace sentir completamente desilusionado porque en realidad los detesto, detesto su felicidad simiesca entre curas y certámenes de lo más burdos y repugnantes, Nunca pertenecí a esa basura de entorno, yo nunca estuve y ahora comprendo los motivos, Rostros  vencidos, incapaces de ocultar el fracaso y la fealdad de vidas postergadas, resignadas, pasivas. ¿Familias modelo? Qué asco en verdad, mil veces es preferible el exilio y el anonimato a eso, a ser viles esclavos de nada, de pura máscaras y disfraces. Y pensar estar vinculado con ustedes, cuánto me detesto por eso. Y no solo por sus estúpidas actitudes respecto de la vida, cristo y huevadas afines, sino porque de ninguno de ustedes oí algo importante, nada de rockandroll ni arte, pura mierda mundana e hipócrita. Mi familia en ese sentido son las calles vacías, el tránsito de almas en pena, la locura de la noche y las estrellas en el cielo, ustedes son el error de mi vida, los aborrezco como aborrece dios al hombre según sus estúpidas creencias religiosas que me paso por los huevos. Y aunque por todo esto muera solo y refundido en la podredumbre del anonimato y el descarrilamiento, vale la pena porque gracias a mis circunstancias conocí a Stevie Nicks, Dale Krantz, Tony Bono, John Fante, Jimmy Johnson y cientos de artistas más que desde sus trabajos me acobijan y consuelan mortalmente mientras acaricio la idea de la muerte, del final, y es que cómo podría vivir tranquilo sabiendo que estoy vinculado con ustedes sucias ratas insignificantes. Bah!

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