martes, 19 de agosto de 2014

FELICIDADES


Si con un vástago reclutaste la esperanza necesaria para creerte a salvo, con dos deberías ser inmortal o algo por el estilo. Y estás en agonía, tu coraza luce verde eso sí, pero tus vísceras más pardas imposibles; y eso les da risa o rabia, según las personas o el apego que tengas con ellas. A mi me llega al pincho me dijiste en cuanto te mencioné lo del segundo, pero en realidad pensaste en felicitarme, por qué quise decirte, pero hacía falta acaso decir algo más, no veías mi cara de lelo ante tu sentencia egoísta. No la viste ni la ves ahora, todo te da igual. En fin. Como te decía, llegué a tener dos hijos en dos mujeres distintas entre ellas, no puedo sentir orgullo de ningún tipo por esto, salvo claro, el hecho de haber evitado el fin de mi estirpe, que aunque me sea doloroso mencionarlo, en nada contribuye al mundo; o sea en un inicio pensaba que si bien no lograba ser como el resto, es decir, seguir sus aspiraciones, metas, modos, etc, podría ser el que tomando la ruta alterna se vale de las palabras, de la música, de la pasión por aquello que no parece, ni es en realidad importante, en la sociedad peruana. Majadero de mierda, me digo, siempre lo hago, cobarde, te sacaría la reconchatumadre yo mismo para hacerte entender que dejaste de ser un niño, que tu hedonismo nos cae a la punta de la pinga, eres tan simple como cualquiera, inclusive peor, más enano, más flacucho, más feo, más marica, qué sé, todo lo peor. Hasta te sometiste a programas de recuperación de gente indolente y nada, todo seguía de la misma manera, ni si quiera los opiáceos o ya, la muerte de tus familiares o la pérdida definitiva de muchos de ellos, te hizo sentar cabeza. Sentar cabeza, qué tonteria, dónde tengo que sentarla, sobre la tuya, o sobre el suelo mediocre de estos lugares en los que siempre pululo, porque siendo honesto, nunca pasaste de la raya, nunca superaste tus propios límites, toda una vida llena de miedos y complicaciones al respecto. Vale la pena vivir así?, te preguntaste cientos de veces, mientras seguías viviendo como tal, un insecto rastrero romántico y sin alas más que artificiales. Cabrón. El infierno te espera muy caliente, la vida te corroerá como a un leproso, o ya lo hace, y en qué piensas entonces: abrirte las venas, echarte al río, golpearte la cabeza, sumergirte en el lodo, acallar tu voz, amordazar tus movimientos, tentar a la muerte violando las leyes, invitándote a ti mismo a guardarte en la cana, te pasas para el culo. Felicidades amigo por tu segundo hijo.

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